Un joven abogado guanareño que decidió emigrar, murió a causa de una enfermedad de la que se contagió durante una larga travesía por la peligrosa selva de Darién hacia Estados Unidos.
Esta nueva víctima de la diáspora venezolana, producto de la difícil situación que atraviesa el país, respondía al nombre de Carlos Alberto Escobar Hernández. Tenía 32 años y vivía en la urbanización Juan Pablo II en Guanare.
Colegas lamentaron que Carlos Alberto estuvo trabajando hasta hace poco tiempo en un reconocido bufete de abogados en esta ciudad capital, y que al mismo tiempo se desempeñaba como músico militar en la banda de guerra del Comando de Zona N.º 31 de la GNB. También fue un destacado trombonista de la orquesta infantil y juvenil de El Sistema, núcleo Guanare.
No obstante, sus enormes deseos de superación y de salir adelante, lo entusiasmaron a tomar la difícil decisión de migrar primeramente hacia Ecuador y después hacia los Estados Unidos en búsqueda de alcanzar el llamado “sueño americano”.
Fue así entonces que dio ese paso cargando una maleta de sueños y comenzó su arriesgado periplo hacia tierras norteamericanas en compañía de un sobrino.
Pese a los múltiples contratiempos y peligros que representa recorrer la extensa selva del Darién y más de cinco países, Carlos Alberto al fin pudo llegar a México después de varias semanas.
Allí tuvo que esperar varias días para poder cruzar la frontera americana, pero lamentablemente contrajo una enfermedad respiratoria (neumonía) que posiblemente adquirió por las inclemencias del tiempo sumado a la falta de descanso, alimentos y otras adversidades que les tocó enfrentar.
Este quebranto de salud le impidió pisar suelo americano donde sería recibido por un primo. Además, la escasa o nula asistencia médica que recibió en el país azteca le causó finalmente la muerte.
Actualmente, sus familiares están haciendo todas las diligencias para repatriar sus restos mortales.
Texto cortesía del periodista: Miguel Enrique Villavicencio.