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Donald Trump consiguió este lunes un gran golpe electoral en Iowa, al ganar claramente en ese estado y posicionarse como el candidato favorito de los republicanos en la primera y crucial cita de la carrera por la Casa Blanca. Así, y a pesar de los juicios que pesan en su contra, el expresidente comenzó con un fuerte impulso su nuevo camino hacia la presidencia de los Estados Unidos.

Las primeras estimaciones extraoficiales de las cadenas de noticias indicaban que el magnate lograba un cómodo triunfo (los primeros cómputos oficiales le daban alrededor de 55%), mientras su rival Ron DeSantis, gobernador de Florida, y la exgobernadora de Carolina del Sur y exembajadora ante la ONU, Nikki Haley, disputaban el segundo y tercer lugar.

Antes de la votación, Trump lideraba con amplitud las encuestas, pero la duda era cómo impactaría en el resultado la horrible sensación térmica que caía a 30 grados bajo cero en ese estado del centro-norte del país y que acarreaba “riesgo de muerte” al que saliera y permaneciera demasiado tiempo en la calle.

Sin embargo, según se desprende de los resultados, parece que los militantes trumpistas no se amilanaron y acudieron a la cita.

En Iowa, la votación inicial de la interna republicana, Trump se expuso por primera vez a las urnas desde que perdió la presidencia en noviembre de 2020 contra el demócrata Joe Biden, unas elecciones que siempre desconoció y por la cual aún está en juicio por conspiración para alterar el resultado.

Iowa marca el comienzo del proceso electoral que finalizará el 5 de noviembre de este año con las presidenciales, tras el fin de las primarias en el resto del país. Trump se presentó esta vez mucho mejor preparado que en la interna de 2020 –cuando salió segundo detrás de Ted Cruz– porque su campaña hoy está mejor financiada y el estado lo apoya.Partidarios de Donald Trump, reunidos en una fiesta de vigilancia nocturna del caucus de Iowa. Foto Chip Somodevilla/Getty Images/AFP.Partidarios de Donald Trump, reunidos en una fiesta de vigilancia nocturna del caucus de Iowa. Foto Chip Somodevilla/Getty Images/AFP.

Según estimó CNN en base a encuestas de boca de urna, el magnate había sido bendecido por el apoyo de los más conservadores (62% de los que se definen como “muy conservadores” votaron por él), y por los cristianos evangélicos (buena parte del estado profesa esa religión) ya que el 55% de ellos lo eligieron.

Los republicanos de Iowa votaron con un sistema muy particular, conocido como caucus, que muchos consideran lento y anacrónico, pero otros lo elogian como un ejemplo de democracia directa y muy representativo de la opinión del pueblo.

Los afiliados al partido se convocaron desde las 19, hora de Iowa (las 22 de Argentina) en escuelas, gimnasios, estaciones de bomberos y otros espacios públicos donde escuchaban a representantes de los candidatos a exponer sus ideas con discursos.

Llegaron con botas de nieve, pesados abrigos, guantes y gorros. En ese momento, noche cerrada, la temperatura era de 20 grados bajo cero y la sensación térmica, impulsada por fuertes vientos, caía a menos 30. Si bien este estado rural está acostumbrado a las inclemencias climáticas, el frío era mucho más de lo habitual y venía desde hace varios días.

Trump, que está procesado en cuatro causas penales que van desde la apropiación de documentos secretos hasta el intento de anular su derrota electoral de 2020, esperaba dar en Iowa un gran primer golpe para llegar bien posicionado al camino que viene y lo logró.

Con este holgado triunfo, confirmó su amplio liderazgo y tomó impulso para intentar consolidar la victoria en la interna lo antes posible antes de que comiencen los juicios que tiene pendientes, algunos de ellos previstos para marzo.

Las primarias seguirán la semana próxima en New Hampshire, y así sucesivamente se concretarán en los 50 estados de la Unión, hasta junio. En julio será la convención republicana que nominará oficialmente al candidato.

A diferencia de los republicanos, los demócratas de Iowa en cambio están realizando caucus y votan por correo hasta marzo. Sin embargo, ese proceso está prácticamente decidido, ya que el presidente Biden aspira a un segundo mandato y no tiene rivales de peso en su interna. Solo pelean la candidatura la escritora Marianne Williamson y el congresista de Minnesota Dean Phillips.

Pero las sombras sobre su edad –si gana Biden asumiría la presidencia con 82 años— y su estado físico son un contrapeso para su campaña.

Las encuestas a nivel nacional, que miden a Trump versus Biden, le asignan una leve ventaja de un punto a Trump, según recopiló RealClearPolitics. El demócrata tendría más problemas si su rival no fuera el magnate: Haley le ganaría a Biden por 8 puntos y DeSantis por 3.