Venezuela rechazó el «robo» de su avión de la Empresa Transporte Cargo del Sur (Emtrasur), ejecutado por los Gobiernos de Estados Unidos y Argentina, tras permitir la salida de la aeronave desde Buenos Aires, donde se encontraba retenida desde junio de 2022, y considerar que se trata de una violación «artera» de las normas de la aeronáutica civil.
La República Bolivariana de Venezuela rechaza de manera categórica el robo descarado de la aeronave Boeing 747-300, siglas YV 3531, perteneciente a la Empresa de Transporte Aerocargos del Sur (Emtrasur S.A.), consumado el día de hoy luego de la confabulación entre los Gobiernos de los Estados Unidos de Norteamérica y de la República de Argentina, quienes de manera artera han violado todas las normas que regulan la aeronáutica civil, así como los derechos comerciales, civiles y políticos que asisten a la referida empresa, colocando en riesgo la seguridad aeronáutica en la región», señala un comunicado difundido por el canciller Yván Gil.
Más temprano, medios argentinos informaron que el avión partió desde Buenos Aires rumbo a Estados Unidos.
La Justicia argentina ordenó el 3 de enero el decomiso del avión de Emtrasur, solicitado en octubre de 2022 por la Corte del Distrito de Columbia, de EE. UU.
Por su parte, Emtrasur señaló que se «reserva el ejercicio de las acciones judiciales por daños al patrimonio de la empresa y violación de los derechos humanos».
Al respecto, la empresa exigió a las autoridades aeronáuticas internacionales hacer cumplir con la normativa legal vigente y no otorgar autorización de sobrevuelo ni escala técnica a la aeronave.
El avión de Emtrasur, filial de la estatal Conviasa, aterrizó el 6 de junio en territorio argentino donde habría entregado una carga supuestamente compuesta de autopartes de la empresa alemana Volkswagen en el país sudamericano. Sin embargo, cuando se dispuso a abandonar el territorio argentino, el mismo 6 de junio, ninguna empresa le proveyó de combustible por temor a las sanciones a las que podría recurrir EE. UU.