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Iván Colmenares

         Resulta que el tipo no es tan quedado. Siempre ha sabido usar las oportunidades. Y aprovechó la arrechera del capitán del odio y metió la puya. La furia bolivariana como un arrebato de impotencia salió de la bocota del mazo y se regó con los tres directores regionales de campaña de María Corina y la última detención, del venezolano que filmaba al ex presidiario colombiano en Margarita y de la aprehensión repudiada mundialmente, de Rocío San Miguel, que llevó hasta Pepe Mujica, expresidente izquierdista de Uruguay, a calificar a este gobierno de autoritario y a Maduro de dictador.

         En una reunión por zoom, Tivo se quejó con Diosdado, porque estaba hasta la coronilla de Grossman Parra y de este servidor. Imagínense Antonia Muñoz, Wilmar Castro o Rafael Calles, que llevaron cien veces más plomo que este dúo imperial y nunca acudió a quien los quería como si los hubiese parido, para acusarnos. Sabían llevar su fiesta en “paz”. Pero el que vive y quien lo goza, no aguantó más la presión de su entorno íntimo y le dijo al hijo de El Furrial, que nosotros nos metíamos mucho con Nicolás. Aquel, en medio de la intemperancia que el arrinconamiento y el terror que tienen, dijo que pidieran por esa boquita y la furia bolivariana nos conduciría a una celda.

         A mí eso no importa. A esta edad, creo que me sale casa por cárcel, y mi compadre, colega y amigo, más aunque él estima que está igualito. Uno entiende que a la embajadora de la salud no le gusta que ni la nombren, aunque manda más que el marido, que la pareja imperial arremeta contra mí que soy un político, pero el guanariteño es una institución en el periodismo regional y tiene el respeto de tirios y troyanos. Pero bueno, ahí dejaron la semilla sembrada.

         A Tivo le importa que se metan con su consorte y que uno de los peores gobernadores del chavismo que, si no fuera por las fiestas, con las que disfraza su gestión, de verdad esto pasaría de castaño a oscuro. El señor no se ocupa de la salud, aunque arreglaron la emergencia del Hospital Casal Ramos, modificaron la fachada de la Dirección Regional de Salud, a cuya titular no la pasa la emperatriz, y no le meten la mano el bunker oncológico del Miguel Oraá. El señor se ocupa como alcalde mayor de las diez calles del centro de las capitales, pero se olvida de ahí en delante de los barrios y caseríos. El papá de los helados se ocupa del negocio de las luminarias y sigue poniendo bombillas, pero el racionamiento cada día es más severo. Les aliviaron las sanciones, pero la bolsa CLAP viene de mal en peor. La fiesta del agua se volvió pura paja y el plan cero huecos, terminó como valla altamente ridícula y narcisista en la residencia de los gobernadores. Para decirlo en términos populares, se le salió lo tierrúo.

         Mientras tanto, le regala carros a sus ocho legisladores regionales a un costo de 150 mil dólares, a los jefes municipales de educación para que sigan persiguiendo y delatando a los maestros que no se calan el trato de la dictadura. Eso no se lo dice a Diosdado. Tampoco le dice que hace con los millones de dólares que le entran por los tres peajes al gobierno de Portuguesa, ni por los impuestos del sistema tributario, ni por las empresas asociadas, ni cómo gasta la plata en artistas ni quien se los paga como dicen ellos. Tampoco le cuenta cómo tiene negreado a alcaldes revolucionarios, simplemente porque no hacen genuflexiones ante la pareja imperial.

         Tampoco le dice el desastre de la Alcaldía de Araure, donde ya no soportan el gobierno paralelo impuesto por la emperatriz. Ni tampoco le dijo que, a su toñeco, el concejal Miguelito lo tuvieron que suspender, por los atropellos que bastante hemos denunciado, contra los comerciantes en Acarigua, a donde llegaba sin que fuese su competencia y decomisaba licores, fundamentalmente. Menos le dijo sobre la destitución del jefe del Seniat en Portuguesa, un coronel de las Fuerzas Armadas, aunque eso lo debe saber Cabello por su hermano, debido a las bacanales y saraos que armaba con el dinero que supuestamente extorsionaba a los comerciantes y de la cual no enviaba la mesada para Caracas. Lo destituyeron y se lo llevaron detenido, pero la mafia, funcionarios del entorno del exjefe, continúa desmesurada por Acarigua y Araure sin freno alguno.

         Nada le dice del drama de los agricultores por el gasoil en plena zafra, ni de la preocupación de los cañicultores ante la importación de azúcar refinada. Hace unas dos semanas había dos barcos en La Guaira, destinadas al Central que maneja su hijo, Las Majaguas, del cual tampoco se sabe nada de ganancias, o de rendimiento financiero.

         La furia bolivariana terminó en padrinos para los estados. Son tan malos esos gobernadores rojos rojitos, que hay mandarles un supervisor, un interventor o un posible sustituto. Lo que se dice Tivo, es que tú no vuelves p´al baile. Como le dicen ellos a la próxima presidenta de la República, no te vista que no vas. El tipo también salió acuseta, chismeando para que lo defiendan.