El presidente ruso Vladimir Putin afirmó el lunes que los pistoleros que perpetraron el atentado contra una sala de conciertos en el que murieron más de 130 personas en un suburbio de Moscú la semana pasada eran “islamistas radicales”.
Hablando en una reunión con funcionarios del gobierno, Putin dijo que los asesinatos fueron llevados a cabo por extremistas “cuya ideología el mundo islámico ha estado combatiendo durante siglos”.
Putin, que dijo el fin de semana que los cuatro atacantes fueron detenidos cuando trataban de huir a Ucrania, no mencionó a la filial del grupo Estado Islámico que reivindicó el atentado. En sus declaraciones del lunes volvió a abstenerse de mencionar al Estado Islámico.
También se abstuvo de decir quién ordenó el ataque, pero dijo que era necesario averiguar “por qué los terroristas tras cometer su crimen intentaron huir a Ucrania y quién les esperaba allí”.
En Rusia aumentaban los llamados a castigar con dureza a los autores del ataque, al tiempo que las autoridades peinaban las ruinas del recinto en busca de más cadáveres y un sacerdote ortodoxo bendecía el lugar.
Cuatro hombres acusados de perpetrar el ataque comparecieron en tribunales el domingo en la noche mostrando señas de haber sido severamente golpeados. Los grupos de defensa de las libertades civiles señalaron que esto indicaba que el deficiente historial de Rusia en materia de derechos humanos bajo la presidencia de Putin iba a empeorar.
El primer ministro ruso Mikhail Mishustin dijo que la investigación sigue en curso, pero prometió que “los perpetradores serán castigados, no merecen misericordia”.
El expresidente Dmitry Medvedev, actual jefe del Consejo de Seguridad de Rusia, instó a las autoridades: “Mátenlos a todos”.
El ataque del viernes en la sala de conciertos Crocus City Hall en las afueras de Moscú dejó 137 muertos y más de 180 heridos, siendo el asalto más mortífero en Rusia en años. Un total de 97 personas siguen hospitalizadas, de acuerdo con los funcionarios.
Mientras acribillaban a los espectadores con sus ametralladoras, los agresores prendieron fuego a la enorme sala de conciertos, y el incendio hizo colapsar el techo.
El operativo de búsqueda continuará hasta por lo menos el martes en la tarde, indicaron las autoridades. Un sacerdote ortodoxo ruso ofició un servicio religioso en el lugar el lunes, bendiciendo con incienso un sitio improvisado de homenaje.
Una filial del grupo Estado Islámico se atribuyó el ataque, y la inteligencia estadounidense respaldó esa afirmación. El presidente francés, Emmanuel Macron, durante un viaje a Guayana Francesa, dijo que Francia tiene información de inteligencia que apunta a “una entidad del EI” como responsable del ataque de Moscú.
Pero el vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, se negó a culpar a nadie, al pedir a la prensa el lunes esperar por los resultados de la investigación en Rusia. También se negó a comentar sobre reportes de que Estados Unidos le había advertido a Rusia el 7 de marzo sobre la posibilidad de un ataque terrorista, diciendo que ese tipo de información es confidencial.
Los cuatro sospechosos fueron identificados por medios de noticias rusos como ciudadanos de Tayikistán. Por lo menos dos de ellos confesaron ser culpables, dijeron funcionarios del tribunal, aunque su condición suscitó interrogantes sobre si sus declaraciones fueron forzadas.
Los hombres fueron identificados como Dalerdzhon Mirzoyev, de 32 años; Saidakrami Rachabalizoda, de 30; Shamsidin Fariduni, de 25 y Mukhammadsobir Faizov, de 19. Los cargos conllevan una sentencia máxima de cadena perpetua.
El Servicio Federal de Seguridad de Rusia dijo que otros siete sospechosos han sido detenidos. Tres de ellos comparecieron ante el tribunal el lunes, sin signos de lesiones, y fueron puestos en prisión preventiva acusados de terrorismo. La suerte de los demás seguía sin estar clara.
Medios de noticias rusos habían reportado que los cuatro detenidos fueron torturados durante su interrogatorio. Mirzoyev, Rachabalizoda y Fariduni mostraban señales de haber sido golpeados, y tenían los rostros hinchados. Mirzoyev tenía una bolsa de plástico que le rodeaba el cuello; Rachabalizoda tenía una oreja muy vendada. La prensa rusa reportó el sábado que a uno de los sospechosos le arrancaron una oreja durante su interrogatorio. The Associated no ha podido verificar los reportes o videos que parecen respaldar esto.
El cuarto sospechoso, Faizov, compareció en tribunal vestido con una bata de hospital y en silla de ruedas. Acompañado por personal médico, permaneció sentado y mantuvo los ojos cerrados todo el tiempo. Parecía tener varios cortes.
Peskov se negó a comentar sobre el tratamiento dado a los sospechosos.
Medvedev, quien fue presidente de Rusia entre 2008-2012, ofreció declaraciones particularmente ásperas contra los sospechosos.
“Han sido capturados. Felicidades a todos los que los persiguieron. ¿Deberían ser ejecutados? Claro que sí. Y sucederá”, escribió Medvedev en Telegram. “Pero lo más importante es matar a todos los involucrados, todos: los que pagaron, los que simpatizaron, los que ayudaron. Mátenlos a todos”.
Margarita Simonyan, directora del canal de televisión financiado por el Estado RT, compartió fotos de las caras magulladas e hinchadas de los cuatro hombres en X, antes Twitter.
Dijo que incluso la pena de muerte, actualmente prohibida en Rusia, sería un castigo “demasiado fácil”.
En su lugar, dijo que deberían enfrentarse a “trabajos forzados de por vida en algún lugar bajo tierra, viviendo allí también, sin la oportunidad de ver nunca la luz, a pan y agua, con prohibición de conversaciones y con una escolta no muy humana”.
Los defensores rusos de los derechos humanos condenaron la violencia ejercida contra los hombres.