POR: LUIS VELÁZQUEZ ALVARAY
El cataclismo social en Venezuela alcanza niveles haitianos. En aquel país se conoce la existencia de las pandillas tradicionales, extinguidas por Bukele en el Salvador. Nuestro caso es más grave y no me canso de repetirlo: la caterva venezolana se apropió del Estado y sus ramificaciones son de carácter mundial. Es delincuencia organizada pura y técnicamente concebida. Es el “Tren de Miraflores”.
Los últimos acontecimientos tienen que ver con esa violencia que generan las estructuras terroristas contra una sociedad secuestrada, donde se manifiesta claramente que no respetan absolutamente nada. Veamos algunos puntos:
No les importa firmar un acuerdo y desconocerlo a renglón seguido, alegando que la otra parte incumple. Es fácil buscar cada punto sigilosamente respetado por la oposición real y democrática. La Constitución Nacional para ellos no existe: la han pisoteado impunemente. Las leyes son papel guardado. Las actuaciones electorales en esta semana, son un compendio de violaciones de todos los estándares internacionales. Igualmente, lo referido a las mujeres, donde se demuestra la falsedad del relato feminista- comunista. A partir de las normas internacionales se puede observar la masacre electoral y la masacre contra las mujeres, especial tragedia de una sociedad encarcelada y torturada.
La líder de la oposición, con la valentía como estandarte, ha soportado toda clase de atropellos. Violencia física, perseguida por la calles y carreteras, actos boicoteados y encarcelamiento a sus comandos de trabajo. Amenazas de todo tipo. Insultos y demás actuaciones pedestres y de baja ralea. Rabia Chavista a las mujeres. A las mujeres inteligentes y formadas, de valores arraigados, de profunda fe. Debe enfrentar pistoleros. Fuerza bruta, los delincuentes de trabajo criminal, los comandos especiales, entrenados para matar. Le niegan todos los derechos con falsedades, los derechos humanos, mientras los satélites del comunismo, no pronuncian ni una palabra. Es el retrato hipócrita de un feminismo burlesco, cuya única bandera para ganar incautas es su nueva lucha de clases: el hombre contra la mujer. Disfraces de apóstoles, traficantes de género. No defienden a las mujeres, las usan. Se valen de las minorías para obtener dividendos de los serios problemas que ellos mismos impulsan, para presentarse en fechas solemnes en papel de salvadores. ¿Dónde está el feminismo de Lula, de Petro, de Cristina Kirchner, de los organismos internacionales? Guardado en el baúl de la indecencia.
Torturan y secuestran, a la defensora de los derechos humanos, Rocío San Miguel y tampoco hablan, los que, si tienen Voz para atacar, –en nombre de los derechos humanos a Bukele, por encarcelar y eliminar las pandillas –. Ante esta masacre contra los venezolanos y las venezolanas, como ridículamente discursean para hacerse diferentes, no pronuncian palabra alguna. La golpiza a la dirigente opositora Dignora Hernández y posterior tortura y desaparición. La esconden debajo de la mesa estos hipócritas feministas. Tampoco los derechos humanos existen para la politóloga Estefanía Reyes.
-Nada se dice de las mujeres indígenas azotadas por el hijo del tirano en el arco dinero para llevarse las riquezas.
Silencio sobre los presos políticos y militares. La avanzada represiva contra los comandos opositores y la reciente desaparición de varios de sus coordinadores. De Henry Alviárez, organizador nacional.
Ferocidad y cobardía contra gente honesta y de alta moral. Nada importa la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Articulo 21:” toda persona tiene derecho de acceso en condiciones de igualdad, a las funciones públicas de su país”. El articulo 25 del Pacto internacional de los Derechos Civiles y Políticos: “votar y ser elegido en elecciones periódicas, autenticas”. La Convención Sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra Mujer en sus artículos 4, 7, entre otros. La Convención Americana sobre Derechos Humanos, en lo concerniente a los derechos políticos.
La ONU en su resolución 58/142 reafirma la participación activa de la mujer en todos los contextos. Nos cansaríamos de enumerar tratados internacionales y resoluciones. Se sabe que la Constitución Venezolana es clara en reafirmar el derecho a la participación política de todos. Cabe preguntarse: ¿Porque no hay una actuación disuasiva internacional que aplique estos instrumentos de carácter mundial? Es clara la respuesta: la delincuencia organizada internacional, representada en el “tren de Miraflores”, cuenta con una poderosa sección: dinero en vagones para comprar conciencias y pagar lobbies de oro. De eso vive “el Foro De Sao Paulo y Puebla” y es su tarea. Pero ese tren delincuencial no podrá con un pueblo consciente de su papel en la historia, que lucha contra su propia inhabilitación.