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El Gobierno de Bolivia manifestó su preocupación este sábado por presuntas “amenazas” e intento de “desestabilización” orquestadas por organizaciones de “extrema derecha” en Venezuela, para sabotear las elecciones presidenciales del próximo 28 de julio.

Según un comunicado de la Cancillería boliviana, algunas de estas organizaciones estarían “en la línea de la desestabilización de las elecciones y del sistema político venezolano”, en lugar de enfrentarse democráticamente.

De igual forma, acusan a los Estados Unidos de no “respetar la autodeterminación” del país caribeño, e instó a que les permitan “seguir avanzando por el camino hacia su definitiva independencia y abandonar sus planes injerencistas e intervencionistas”.

El gobierno de Nicolás Maduro rechazó el pronunciamiento del país norteamericano sobre los problemas del proceso electoral, por considerar que pretende «desconocer y deslegitimar» los comicios.

El canciller venezolano, Yván Gil, saludó las palabras de Bolivia, al igual que lo hizo el presidente de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (Alba-TCP), Jorge Arreaza.

El portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, señaló el miércoles que están «profundamente preocupados”, debido a las dificultades impuestas por el Consejo Nacional Electoral Venezolano (CNE) para “evitar que los partidos de la oposición democrática registraran candidatos sucesivos”.

Otros países como Argentina, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Perú, Paraguay y Uruguay también cuestionaron la «integridad y transparencia» de las elecciones, al igual que naciones aliadas como Colombia y Brasil.