El 7 de mayo de 1945, la Alemania nazi firmó una rendición incondicional en el cuartel general aliado en Reims, Francia, poniendo fin a su papel en la Segunda Guerra Mundial. Casi 80 años después, Europa mira con atención y miedo como la bruma de un nuevo conflicto cobra forma en el Este.
Hace 79 años, los comandantes nazis firmaron su rendición ante las fuerzas aliadas en una escuela francesa, poniendo fin a la guerra en Europa y al Holocausto. Los periodistas y los fotógrafos de Associated Press cubrieron la guerra en todo el mundo, corriendo grandes riesgos. Cinco periodistas de AP resultaron muertos, incluido el corresponsal Joe Morton, que fue ejecutado por los nazis.
El 7 de mayo de 1945, AP fue testigo de la rendición nazi y fue el primero en anunciarla al público aliado, desafiando a las autoridades que querían retrasar el trascendental anuncio.
REIMS, Francia: Alemania se rindió incondicionalmente ante los aliados occidentales y la Unión Soviética a las 2:41 a.m., hora francesa de hoy. (Esto fue a las 8:41 p.m., hora de la Guerra del Este, domingo 6 de mayo de 1945.)
La rendición tuvo lugar en una pequeña escuela roja que es el cuartel general del general Dwight D. Eisenhower.
La rendición fue firmada en nombre de Alemania por el coronel general Alfred Jodl. El general Jodl es el nuevo jefe del Estado Mayor del ejército alemán.
La rendición fue firmada en nombre del Comando Supremo Aliado por el teniente general Walter Beddel Smith, jefe de Estado Mayor del general Eisenhower. También fue firmado por el general Ivan Susloparov de la Unión Soviética y por el general François Sevez de Francia.
La alegría ante la noticia sólo se vio atenuada por la conciencia de que la guerra contra Japón aún no se había resuelto.
La guerra más sangrienta de la humanidad
El fin de la guerra europea, la guerra más grande, sangrienta y costosa de la historia de la humanidad (ha causado al menos 40 millones de bajas en ambos bandos entre muertos, heridos y capturados) se produjo después de cinco años, ocho meses y seis días de un conflicto que se extendió por todo el mundo.
El ejército de Hitler invadió Polonia el 1º de septiembre de 1939, iniciando la agonía que convulsionó al mundo durante 2.319 días.
El general Eisenhower no estuvo presente en la firma, pero inmediatamente después el general Jodl y otro delegado, el almirante Hans Georg Friedeburg, fueron recibidos por el comandante supremo.
Se les preguntó duramente si entendían los términos de rendición impuestos a Alemania y si Alemania los cumpliría.
Ellos respondieron que sí.
Alemania, que comenzó la guerra con un ataque despiadado contra Polonia, seguido de sucesivas agresiones y brutalidad en los campos de concentración, se rindió con un llamamiento a los vencedores para que pidieran clemencia hacia el pueblo y las fuerzas armadas alemanas.
Después de haber firmado la rendición total, el general Jodl dijo que quería hablar y recibió permiso para hacerlo.
“Con esta firma”, dijo en un suave alemán, “el pueblo y las fuerzas armadas alemanas quedan, para bien o para mal, entregados a las manos de los vencedores.
“En esta guerra, que ha durado más de cinco años, ambos han logrado y sufrido más que quizás cualquier otro pueblo del mundo”.
Suenan las campanas de San Pedro
Las grandes campanas de la Basílica de San Pedro repicaron en Roma poco después de que Associated Press informara que la paz había llegado a Europa, mientras varias capitales aliadas proclamaban días feriados por V-E para la fecha y Tokio anunciaba la continuación de “La Guerra Sagrada”.
Muchas de las ciudades del mundo enloquecieron de alegría con la noticia, e incluso las capitales neutrales quedaron engalanadas y llenas de multitudes que celebraban. Masas de gente se reunieron frente a los altavoces y a las redacciones de los diarios, que respondían frenéticamente preguntas y emitían extras.
Sólo en la calma antinatural de los frentes europeos se informó que la noticia había sido tomada con seriedad por soldados que habían visto cómo los combates se reducían en un sector tras otro durante las últimas dos semanas.
Londres, marcada por la guerra
Londres, marcada por la guerra, estalló hoy en una celebración jubilosa del fin de la guerra en Europa. Sus millones de ciudadanos no pudieron esperar la proclamación oficial del Día V-E por parte del gobierno mañana.
Millones de personas salieron a las calles, desde el Palacio de Buckingham hasta el tranquilo East End.
Las zonas de Picadilly Circus, Whitehall y Westminster se llenaron de una multitud que reía y gritaba. Algunos veteranos dijeron que la escena eclipsó la del armisticio de 1918.
Los pubs estaban abarrotados, se sacaba champán de las bodegas y el whisky y la ginebra, largamente atesorados, salían de sus escondites.
Las grandes campanas del Big Ben marcaron las horas del día histórico.
París
En París, que sobrevivió a cuatro años de ocupación alemana para convertirse en la base del Cuartel General Supremo Aliado, el gobierno francés anunció un feriado de dos días. Francia tenía un motivo especial de satisfacción por haber protagonizado una remontada y ganado el derecho a participar en la aceptación de la rendición de Alemania.
En Washington, multitudes se reunieron en Lafayette Square, al otro lado de la Avenida Pennsylvania frente a la Casa Blanca, anticipándose a que el presidente Truman anunciara la proclamación del Día V-E de los Aliados.
Un despacho del frente del 9º Ejército de los Estados Unidos decía que había comenzado la retirada de las tropas estadounidenses hacia una línea de demarcación previamente establecida entre ellos y los rusos, con la primera evacuación de los yanquis de su cabeza de puente a orillas del río Elba. El Elba se convirtió en la línea temporal entre los ejércitos aliados.
NOTA DEL EDITOR: Edward Kennedy, entonces jefe de la oficina de AP en París, estuvo presente en la rendición y fue el primero en informar a Estados Unidos y al mundo del fin de la guerra en Europa, eludiendo el embargo político aliado.
La noticia se transmitió extraoficialmente por la radio alemana, pero el presidente estadounidense Harry Truman y el primer ministro británico Winston Churchill acordaron suprimir la noticia de la capitulación durante un día, para permitir que el dictador ruso Josef Stalin organizara una segunda ceremonia de rendición en Berlín.
Kennedy la publicó de todos modos, lo que enfureció a las autoridades estadounidenses. El ejército suspendió temporalmente la capacidad de AP para enviar cualquier noticia desde el teatro europeo, y AP llamó a Kennedy para que regresara al país y luego lo despidió.
AP emitió una disculpa pública en 2012, diciendo que Kennedy “hizo todo bien”, porque el embargo era por razones políticas, no para proteger a las tropas.
“El mundo necesitaba saberlo”, dijo el entonces presidente y director ejecutivo de AP, Tom Curley. Kennedy «se enfrentó al poder».
Associated Press
Traducción: Elisa Carnelli