COMPARTIR

Dos semanas después de pisar territorio español, tras una solicitud de asilo a ese Reinado que hoy es objeto de controversia por su “firma coaccionada”, Edmundo González, el excandidato a las elecciones del 28 de Julio, habló por primera vez con la prensa internacional y fijo posición sobre los últimos acontecimientos.

En una entrevista en exclusiva con la agencia Reuters, con sede en Reino Unido, el exdiplomático venezolano ofreció detalles de lo que ocurrió durante la reunión que sostuvo en la Embajada ibérica, en Caracas, con Delcy y Jorge Rodríguez.

El presidente de la Asamblea Nacional, en menos de 48 horas, no solo mostró al país una polémica carta con la firma de González Urrutia (en la que habría aceptado que Nicolás Maduro ganó las presidenciales), sino también las fotografías y varios fragmentos de audios de la conversación que sostuvieron ese 6 de septiembre, día previo a su salida, a fin de desmentir el hecho que hubo una coacción para estampar su rúbrica.

Edmundo reconoció que firmó la carta de reconocimiento a los resultados, pero también decidió exponer a detalle las “coacciones” que asegura, hacen inválida su participación en dicho documento.

En un primer momento, el opositor se vio obligado a refugiarse durante 32 días en la Embajada del Reino de los Países Bajos en Caracas. Luego, cuando el Ministerio Público emite su orden de aprehensión, decide acudir a la Embajada española en solicitud de asilo político.

Estando en esta sede diplomática, explica González, “el señor Rodríguez y su hermana Delcy, la vicepresidenta, fueron a la residencia de la Embajada de España con un texto que habían preparado, y el cual tendría yo que firmar, suscribir, para poderme salir de la residencia y venir a España, como si yo aceptara una oferta que me hicieron de venirme en calidad de exilado a este país”, contó Edmundo.

Esta carta, redactada por los hermanos Rodríguez, “iba y venía” en medio de horas complejas en donde se decidía el futuro del opositor, quien asegura que estaba debatiéndose entre firmar o “atenerse a las consecuencias”.

“Atenerme a las consecuencias era quedarme en el país, esperar el juicio que me tenían preparado”, explicó González Urrutia, quien para ese momento tenía una orden de aprehensión en su contra por “usurpación de funciones”, “asociación para delinquir”, “terrorismo”, entre otros cargos.

El opositor expone que le acusaban de diversos cargos, de los cuales, “el más serio era ese del terrorismo, lo cual implicaba una posibilidad de ir a todos esos centros de torturas en los que han sido convertidos hoy las cárceles venezolanas”.

En resumen, asegura que “fueron casi 48 horas muy tensas”. “Por eso yo hablo de coacción, porque no fue una situación donde tú libremente suscribes un documento”, sostuvo.

“Podría haberme escondido”

La poca intervención que Edmundo tuvo en el documento suscrito fue su manifestación de estar en desacuerdo con la sentencia del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) en la que ratifican la victoria de Maduro el #28Jul.

“Yo dejé bien claro mi desacuerdo con las decisiones, la acato porque no tenía otra opción, pero sí estaba en desacuerdo con la decisión; así fue que sucedió todo”, explicó Edmundo a la agencia de noticias.

A su juicio, como político podría ser más útil en el exilio que encarcelado. “Podría haberme escondido, pero tenía que ser libre para poder hacer lo que estoy haciendo, transmitir al mundo lo que está pasando en Venezuela, haciendo contactos con los líderes mundiales”, expuso.

No obstante, en su disputa también estaba un factor fundamental: su familia. Edmundo ya tenía a su hija menor residenciada en Madrid, Carolina González, pero, en Caracas aún tenía a su esposa, Mercedes López de González, su hija mayor, Mariana González y sus dos nietos.

El día de su exilio, la noche del 7 de septiembre, todo el país vio a González salir con Mercedes, quien fielmente lo ha acompañado en cada paso como candidato. Pero Mariana se quedó en Venezuela.

Pese a que no explicó porqué su hija no ha salido del país, aseguró que confía en la petición que hizo para el bienestar de ella y sus hijos. “Confío y así se lo transmití en las conversaciones con la Vicepresidenta, que no hubiese riesgo alguno para ellos”, manifestó.

“Eso fue un documento de garantías que yo firmé y fue transmitido al presidente de la Asamblea Nacional (Jorge Rodríguez) (…) Esas garantías no me las ofrecieron ellos (el Gobierno), las pedí yo. Garantías a mi familia que se quedaba allá, a mis bienes, mi apartamento, no tengo mayores bienes, mi automóvil, y más nada”, dijo González.

El embajador Santos

Con la presión de la orden de aprehensión contra su asilado, Edmundo González, el embajador de España en Venezuela, Ramón Santos, permitió que la negociación se diese dentro de la sede diplomática, e incluso, Jorge Rodríguez lo llamó un “testigo de excepción”.

La oposición en Europa exigió su dimisión y lo acusan de haber sido cómplice de las coacciones contra González. Sin embargo, el excandidato presidencial defiende que “él no participó en las discusiones” con los hermanos Rodríguez.

“El embajador de España estaba en su residencia, él nos facilitó el espacio para las conversaciones, él no participó en las discusiones que teníamos”, aseguró González Urrutia.

Y agregó: “La residencia nos brindó el espacio para que nosotros pudiéramos conversar con los emisarios del Gobierno y terminamos con un texto que yo firmé”.

Edmundo negó que fuese el Embajador quien tomara o autorizara la difusión de las fotografías y grabaciones de las discusiones con los oficialistas en el contexto de la carta. “Quién tomó las fotos no lo sé”, sostuvo.

“Lo que me parece extraño es que él las haya divulgado y que hayan amenazado con divulgar algunos audios que tampoco es correcto que se haya hecho así, quién lo hizo, no lo sé” (…) No me atrevo a afirmar que el embajador (de España) sabía que estaban grabando”, apuntó.

González tampoco quiso apuntalar contra el expresidente de España, José Luis Rodríguez Zapatero, quien llegó a Venezuela como “mediador” días antes de su exilio y además, es señalado de haber impulsado su salida del país.

“Entiendo que él (el expresidente Zapatero) era el artífice de promover ese encuentro y estaba (como lo ha hecho en otras ocasiones) muy involucrado”, relató González.

María Corina

Edmundo afirma que, durante todo este proceso, “María Corina no sabía lo que yo estaba haciendo”, y fue informada por él mismo “prácticamente un día antes de mi decisión de irme a la Embajada”.

“Confío en que María Corina no tenga que salir del país como yo, pero esa es una situación que se puede presentar con cualquier dirigente político que se pueda sentir en riesgo”, expresó.

Con “la dama de hierro” y todos sus simpatizantes en Venezuela, González pidió que “se respete el derecho y la voluntad de ocho millones de electores que me escogieron”, y sostuvo que “el capital más grande” que poseen son esos votos contabilizados en las actas de escrutinio.

Hizo el llamado a los países vecinos a “exigirle al Gobierno (de Maduro) que cumpla lo que en toda democracia debe ocurrir, hay un ganador, ese ganador toma posesión de su cargo, el perdedor sigue en la actividad política y esperará su momento para volver”.

“Todo lo que sea presión a Maduro para que acepte el cambio de la voluntad popular es bienvenido, todo esfuerzo que se haga para convencer a los actores políticos para convencer el cambio de la voluntad popular es bienvenido”, afirmó.

Finalmente, envió un mensaje para los venezolanos que entraron en el “margen de decepción” al verlo salir del país. “Esa es una realidad que estamos enfrentando hoy en día que estamos luchando contra un Gobierno que no es un democrático, que no acepta las reglas de la democracia y que estamos convencidos de que vamos a hacer el cambio y la transición democrática en paz, como aspiramos”, manifestó.