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El expresidente uruguayo José «Pepe» Mujica, de frágil salud por complicaciones de su tratamiento contra un cáncer de esófago, sorprendió el sábado al aparecer en un multitudinario mitin político una semana antes de las elecciones nacionales en Uruguay.

El exguerrillero de 89 años, que fue presidente de 2010 a 2015 y sigue siendo una de las figuras más populares del país, asistió al acto final del Movimiento de Participación Popular que lidera dentro del izquierdista Frente Amplio, la mayor fuerza política del país y en la oposición desde 2020.

Visiblemente emocionado, Mujica dijo que por primera vez en los últimos 40 años no participa en una campaña electoral por estar «peleando con la muerte», pero sintió que debía estar esa noche en la Plaza 1 de Mayo en Montevideo en apoyo del candidato presidencial frenteamplista Yamandú Orsi, que lidera la intención de voto para los comicios del domingo 27.

«Soy un anciano que está muy cerca de emprender la retirada de la que no se vuelve», dijo Mujica, conmoviendo a muchos hasta las lágrimas.

«Pero estoy feliz porque están ustedes, porque cuando mis brazos se vayan habrá miles de brazos sustituyendo la lucha. Y toda mi vida dije que los mejores dirigentes son los que dejan una barra que lo superan con ventaja«, agregó, y mencionó a Orsi.

En su breve discurso, pronunciado entre gritos de «¡Te queremos, Pepe!» y lágrimasMujica llamó a lograr el desarrollo del país para tener los medios para formar a las generaciones futuras.

Mujica, que se recupera en su chacra (granja) en las afueras de Montevideo de una cirugía a la que fue sometido el mes pasado, ya había reaparecido esta semana en la campaña de Orsi con un mensaje en video dirigido a los indecisos, en el que instó a «incidir» con el voto.

Una sorpresa

Se trató de una sorpresa ya que la reaparición de Mujica, de 89 años, en un acto electoral no estaba anunciado. Los uruguayos irán a elecciones generales el 27 de octubre.

Mujica mencionó que hoy está vivo por su «compañera», en alusión a su pareja Lucía Topolanksy y por «otra mujer», que es su doctora. Y reflexionó que las nuevas generaciones «van a vivir un cambio en el mundo que no ha conocido la humanidad».

«La inteligencia va a ser tan importante como el capital, lo que significa que la formación terciaria se va a imponer (…) Por eso hay que pelear por el desarrollo, para tener los medios económicos que se puedan meter en la cabeza de los que vengan», indicó.

Para afrontar dicho desafió, señaló, «hay que hablar con todo el país, no tener un Ejecutivo encerrado en sí mismo» y lograr que las fuerzas políticas acuerden «cuatro o cinco cosas nacionales para pelearla».

«No al odio, no a la confrontación. Hay que trabajar por la esperanza», resumió.

«Hay que trabajar por la esperanza. Hasta siempre, les doy mi corazón. Y gracias por existir», concluyó.