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Los países que conforman el grupo, como China, Brasil e India, tienen poco en común, pero los une el mismo objetivo:

cambiar el orden mundial.

Los líderes de los BRICS, un grupo de países con mercados emergentes que representan aproximadamente la mitad de la población mundial, se reunirán el martes en una cumbre de alto nivel, la primera desde su gran ampliación el año pasado.

BRICS son las siglas de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.

Este año, el grupo se ha ampliado para incluir a Egipto, Etiopía, Irán y Emiratos Árabes Unidos.

Los miembros se reunirán para la conferencia de tres días en Kazán, ciudad del suroeste de Rusia.

La cumbre se celebra en un momento de gran notoriedad para el grupo BRICS, que se considera un contrapeso a Occidente.

Los líderes mundiales estarán codo con codo con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, a pesar de su condición de paria en Occidente.

Pero existen profundas diferencias entre los Estados miembros, y el bloque hatenido dificultades para articular y definir su propósito.

¿Qué es el BRICS?

La agrupación fue inventada en 2001 por un banquero de Goldman Sachs para describir a un grupo de países en desarrollo de rápido crecimiento.

Los ministros de Asuntos Exteriores de los países —inicialmente solo Brasil, Rusia, India y China— empezaron a reunirse informalmente en 2006, y celebraron su primera cumbre formal en 2009.

Sudáfrica se unió en 2010.

Muchos más países han intentado unirse a la órbita de los BRICS desde la ampliación de 2023, que China respaldó.

Pero no todos estaban tan ansiosos:

Argentina declinó la invitación tras un cambio de gobierno, y Arabia Saudita no se ha unido oficialmente, a pesar de haber recibido una invitación.

En la actualidad, sus miembros representan más del 35 por ciento de la producción económica mundial, ajustada por poder adquisitivo.

Hace mucho que el BRICS intenta presentar un frente unido contra lo que sus miembros consideran un orden mundial desequilibrado dominado por Estados Unidos y Europa Occidental.

Algunos miembros creen “que el orden mundial actual está en cierto modo hecho por Occidente, para Occidente”, dijo Stewart Patrick, investigador principal del Fondo Carnegie para la Paz Internacional.

Esta cumbre será también una oportunidad para que el BRICS muestre su nueva lista, orientada hacia el Sur Global.

El grupo también podría debatir la incorporación de una categoría de socios que no llega a ser miembro de pleno derecho.

¿Qué mantiene unido al grupo?

No es fácil encasillar a los BRICS.

El grupo incluye algunos países que son aliados, pero también algunos que son antagonistas y rivales.

Algunos de los países se oponen a Estados Unidos (Rusia, Irán); otros reciben ayuda militar estadounidense (Egipto) y albergan bases militares estadounidenses (EAU).

Algunos miembros son democracias; muchos no lo son.

Etiopía es un país pobre; China es la segunda economía mundial.

Algunos Estados producen petróleo y gas; otros importan su energía.

Tampoco comparten una religión ni luchan en las mismas guerras, excepto, quizá, unos contra otros: el mes pasado, por ejemplo, aumentaron las tensiones entre Etiopía y Egipto en una larga disputa sobre una presa hidroeléctrica en el río Nilo.

Sarang Shidore, director del programa Global South del Quincy Institute en Washington, describió a los BRICS como algo parecido a una coalición con dos vertientes.

A una parte la denomina “Oriente Global” —China, Rusia y, en ocasiones, Irán—, que son rivales o antagonistas de Estados Unidos y la OTAN.

Muchos de los demás países del bloque encajan más cómodamente en la categoría de Sur Global.

Suelen ser más neutrales o directamente aliados de EE. UU.

¿Qué quiere el Oriente Global?

China es un gran rival de EE.UU. mientras que Rusia e Irán, adversarios de EE.UU., están sometidos a duras sanciones occidentales y libran guerras subsidiarias con Occidente en Ucrania y Medio Oriente.

Juntos, estos tres países esperan presentar un bloque más unido para contrarrestar a Occidente.

Putin también está decidido a demostrar a Occidente que no está solo y que cuenta con importantes aliados de su lado.

Putin presenta la guerra de su país en Ucrania como “la punta de lanza para destruir el viejo orden mundial y ayudar a construir uno nuevo”, dijo Alexander Gabuev, director del Carnegie Russia Eurasia Center de Berlín.

“Y el BRIC es la estructura más potente y representativa de este nuevo orden mundial”.

Un objetivo adicional:

reducir la dependencia mundial del dólar estadounidense.

Reducir el dominio del dólar podría aislar a sus miembros de las sanciones occidentales, tanto ahora como en el futuro.

“Estas sanciones solo funcionan porque el dólar domina el mundo”, dijo Shidore.

“Es un intento de aislarse de la hegemonía del dólar”.

Por ahora, el objetivo es sobre todo aspiracional.

No existe un acuerdo claro sobre qué podría sustituir al dólar.

Los expertos también se muestran escépticos respecto a que cualquier nueva moneda específica de los BRICS sea lo suficientemente estable como para confiar en ella para las transacciones transfronterizas.

¿Qué pasa con el ‘Sur Global’?

Muchos miembros del BRICS intentan equilibrar alianzas y prioridades contrapuestas.

Siguen colaborando estrechamente con Estados Unidos y otras naciones occidentales, aunque intentan ganar más influencia mundial.

India, que ha pregonado su alineamiento múltiple estratégico, también forma parte de la alianza Quad, una asociación de seguridad con Australia, Japón y Estados Unidos.

Egipto y los Emiratos se han acercado a China, al tiempo que colaboran con Estados Unidos e Israel en materia de seguridad regional.

Brasil, firme partidario de la desdolarización, sigue dependiendo en gran medida de EE.UU., que es su segundo socio comercial.

“No son antioccidentales, pero tienen críticas al orden actual y quieren minimizar riesgos”, dijo Shidore.

La participación en los BRICS es en parte una apuesta económica.

Algunos miembros, así como los posibles estados asociados, también están buscando fuentes alternativas de financiación.

El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial están dominados por Occidente, especialmente por Estados Unidos.

Algunos países en desarrollo consideran que el banco de desarrollo de los BRICS es menos exigente.

Ha concedido préstamos por valor de miles de millones de dólares y permite los reembolsos en moneda local.

Pero muchos miembros también ven en el BRICS un seguro geopolítico contra un mundo cambiante, y una cobertura contra la imprevisibilidad de Estados Unidos.

La incertidumbre en torno a las elecciones presidenciales solo aumenta la sensación de inquietud, dijo Patrick:

“Estados Unidos ha demostrado que es capaz de dar un giro de 180 grados a su política exterior, dependiendo de quién ocupe la Casa Blanca”.

¿Qué quiere China?

China, que defendió la expansión, se considera la potencia no oficial de los BRICS.

“No ocurre nada en los BRICS que vaya en contra de los intereses nacionales de China”, dijo Jacob Kirkegaard, investigador principal del Instituto Peterson de Economía Internacional.

China y Rusia están muy unidas, aunque a veces compiten por influencia. China ha sido un socio comercial clave para Rusia durante la guerra de Ucrania.

Recientemente, los dos países se han vuelto más audaces:

sus ejércitos han realizado maniobras conjuntas cerca de EE.UU., Japón y Taiwán.

China también compra casi todas las exportaciones de petróleo de Irán. Cualquier pérdida de suministro de Irán —debido a un ataque militar de Israel, por ejemplo— haría que China recurriera a los mercados mundiales para satisfacer aún más sus necesidades energéticas.

Y China e India se encuentran en un período de reevaluación.

Los países, que han librado varias guerras entre sí, también se ven mutuamente como posibles futuros adversarios.

La población de India está creciendo; la de China está disminuyendo.

India está animada por el optimismo económico; el crecimiento de China ha sido mediocre.

Pero después de que muchos soldados indios y chinos murieran en disputas fronterizas, los países parecen estar intentando llegar a una tregua.

Algunos analistas están atentos para ver si sus líderes se muestran amistosos en la cumbre, lo que podría ser una señal de estrechamiento de lazos.

Valerie Hopkins y David Pierson colaboraron con reportes.

Amelia Nierenberg es reportera de noticias de última hora para The New York Times en Londres y cubre noticias internacionales.

c. 2024 The New York Times Company