El presidente de la Asamblea Nacional (AN), Jorge Rodríguez, publicó la mañana de este miércoles un comunicado donde acusa a Celso Amorim, asesor de política internacional de Brasil, de actuar como un interlocutor de Estados Unidos en vez de comportarse «en el papel supuestamente asignado por el Presidente Lula».
Tal comunicado, publicado por Instagram, revela los contactos que sostuvo el Gobierno de Venezuela junto a a Amorim previo a las elecciones del 28 de julio, en donde Rodríguez concluye que él actuaba en nombre de Jack Sullivan, asesor nacional de seguridad de EE. UU.
«Mantuvimos varios contactos telefónicos y personales con Celso Amorim antes de las elecciones (…) En todas esas conversaciones, y de manera curiosa, notamos una frase que se repetía como una letanía, como una muletilla: ‘Jake opina esto, Jake pide lo otro, Jake les manda a decir lo de más allá, antes de venir a hablar con ustedes fui a hablar con Jake'», expone el Presidente de la AN.
Por ello, infiere que el asesor de Lula vino a actuar en Venezuela para dañar el normal desenvolvimiento de las elecciones.
Rodríguez señaló que en los encuentros sostenidos con Celso Amorim, se hizo énfasis en que «el extremismo de derecha» en Venezuela nunca reconocería los resultados de las elecciones, y que el plan «de esa fascista» era intentar perpetrar un Golpe de Estado en el país, lo que dejó como consecuencia 27 venezolanos asesinados en 48 horas.
«Ante nuestra denuncia, la respuesta de Amorim siempre fue un largo e incómodo silencio. Silencio que se volvía palabrería las numerosas veces que se reunió en Venezuela con quienes planificaban estos actos contra nuestro derecho a vivir en paz«, expone.
El Presidente de la AN sostiene que el silencio del brasileño lo hacía parecer «otro Amorim: , empático, comprensivo, paternal, con los heraldos de la muerte».
Así también le recordó que cuando Lula ganó las elecciones en Brasil y Lula «desconoció los cómputos», el Gobierno de Venezuela siempre defendió «el resultado emanado de la expresión de los votantes y la elección de Lula».
«En fin, nos queda claro a qué vino y quién lo mandó. Usted se comportó, de manera aviesa, más como un interlocutor del Gobierno de los Estados Unidos que en el papel supuestamente asignado por el Presidente Lula«, informa Rodríguez.
Concluyó: «Por eso su intromisión en los asuntos que solo a nosotros nos competen, de allí su posición absolutamente postrada a los designios del imperio agresor contra nuestra nación profundamente celosa de la defensa de su libertad».