POR: LUIS VELÁZQUEZ ALVARAY
El plan, al cual dedican sus mayores esfuerzos, tiene un objetivo fundamental: eliminar a la máxima líder de Venezuela. Es la piedra que corresponde derribar en el camino de sangre que han sembrado en el país. Callar esta situación es parte del crimen. Victimizar no tiene ningún sentido, corresponde alertar al mundo para generar una respuesta rápida.
Se trata de la vida de una persona, que además representa una totalidad de futuro, no solo de nuestro país; es sustancial para preservar el hemisferio occidental. La mano negra de la tiranía, emula aquel grupo terrorista que incitó la primera guerra mundial y al fin de la civilización europea conocida hasta entonces. En “Los idus de marzo”, Shakespeare narra los días de infamia, ante el sangriento asesinato de Julio César en el año 44 a.C. No existe ahora un Plutarco, advirtiendo sigilosamente a quien había ganado el favor del pueblo y no atendió la necesidad de preservar su vida, su integridad física.
Es duro este comentario, pero sería un crimen dejarlo en el tintero. La periodista Salud Hernández, en entrevista concedida en importante medio de comunicación colombiano, ha señalado, con las alarmas encendidas, que la tiranía ha concebido un plan para asesinar a María Corina Machado. No se trata de una denuncia sensacionalista, para buscar figuración, -que no necesita esta investigadora, notable periodista española, radicada en Colombia-, ha ganado prestigio mundial por la objetividad y manejo ético de sus trabajos.
Acabar con MCM, viene con un plan estructurado, incluido inventó de culpables. Hernández acota:” si gana Kamala se atreven acelerarlo”. Medidas criminales ya han asumido sin importarles nada. En el canal RCN, dibujó las señales de persecución que son evidentes y agrega que la mayoría de sus comandos ya están presos o perseguidos. El asesinato de activistas son pruebas para normalizar la feroz represión que han definido el objetivo principal.
El 21 de octubre del 2024, el periodista Miguel Ángel Rodríguez, de EVTV Miami, citando al seminario La Razón, señaló: ordenan cacería a MCM, mostrando pruebas de los feroces actos amenazantes contra la líder de la oposición. Tamara Sujo también ha hecho serias advertencias al respecto.
Ante el respeto que infunden las advertencias de estos comunicadores y defensores de los derechos humanos, es importante revisar algunos criterios expresados por importantes venezolanos, ligados al mundo de la inteligencia nacional.
La orden parte de la superioridad jerárquica de la tiranía: Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, autores intelectuales del monstruoso plan. Han dividido el trabajo con un comando operativo que coordina el sanguinario Gramco, quien ordenó un informe activando una comisión integrada por miembros de la dirección general de contrainteligencia militar (DGCIM), ya han cumplido misiones en el exterior, en el caso del asesinato del teniente Ronald Ojeda en Chile y de un frustrado plan contra un General venezolano retirado, en República Dominicana: Allí participan Deivy Castillo Villegas, Saúl Méndez, Reiner Amaro y Reimí Moreno. El gobierno dominicano tiene los datos de estos agentes criminales.
La sala situacional de Miraflores, bajo la coordinación de Jorge Rodríguez, estudia varios escenarios y han surgido inquietudes recuordando el crimen de la plaza Altamira, cometido por el portugués, João de Gouveia, al mando de Diosdado Cabello. Asesinó 3 personas, estuvo dos meses en la cárcel de San Juan de los Morros; un psiquiatra determinó que estaba loco, y fue enviado a la Embajada de Venezuela en Costa Rica, donde estuvo un mes, de allí partió a Portugal, con millonarias sumas y hoy es un importante empresario, testaferro del ministro de Relaciones interiores. Estudian repetir este episodio perfeccionándolo.
Analizan la dinámica criminal del atentado que acabó con la vida del candidato presidencial en Ecuador, Fernando Villavicencio, crimen cometido para desestabilizar la democracia por parte de los carteles de la droga.
Estudian Colombia, cuya historia se partió en dos con el crimen de Jorge Eliecer Gaitán en abril de 1948, y de allí una larga lista asumida por el narcotráfico, hoy gobernando Venezuela, junto a grupos terroristas de todas las latitudes.
El proceso represivo actual y las amenazas directas de Diosdado Cabello forman parte del plan para desarticular cualquier acción masiva, una vez ocurrido el magnicidio. Ante el caos criminal se pretende asesinar algunos chavistas molestos y acusar a la oposición de los atentados. El crimen reciente al dirigente opositor apureño forma parte del entramado como prueba-ensayo.
La periodista Darcy Quinn, de RCN, señala la creciente inquietud por la amenaza de un posible atentado contra María Corina. De allí la orden de los tiranos de localizarla viva o muerta, arrestarla y eliminarla. Cabello estudia, ante lo sucedido en Ecuador, capturar a los ejecutores y asesinarlos en la cárcel y así desaparecer todo rastro de culpabilidad.
Los periodistas han advertido la peligrosidad del coctel criminal venezolano, que incluye lesa humanidad, lavado, corrupción, saqueo, narcotráfico, entrega del territorio a terroristas internacionales; nada cuenta agregar el magnicidio contra la líder de la oposición.
El jefe de las operaciones, Alexander Gramco Arteaga, que dirige el “Team Espartano”, tiene atribuciones superiores para cometer el atentado. La periodista Sebastiana Barráez lo ha descrito como un peligroso homicida mundial. Este ha planteado secuestrar a la líder opositora y asesinarla en el exterior, por lo que Maduro ha declarado que está entre “Colombia y Panamá dando vueltas”. No descartan ese escenario.
La internacional del crimen izquierdista oculta sus actuaciones terroristas. En un siglo han asesinado 4 presidentes del gobierno español, como lo ha señalado el investigador Pedro Fernández-Barbadillo. El bebistrajo venezolano es explosivo y se impone para las democracias del mundo evitar el martirio. Hay que actuar rápidamente y EE. UU., que ya sale de su proceso electoral, debe liderizar acciones contundentes para frenar este plan del terrorismo y el narcotráfico mundial, que está dispuesto a ejecutar la tiranía venezolana.
(Exmagistrado del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela).