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El expresidente de España, José Luis Rodríguez Zapatero, defendió su enfoque de mediación y diálogo con Venezuela, y no se atrevió a calificar a Nicolás Maduro como un líder demócrata o dictatorial.

Durante una entrevista en el programa “La mirada crítica”, de Telecinco, abordó temas como las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio, y su relación con el gobierno chavista. 

Zapatero señaló que el mandatario «ha ganado muchas elecciones», aunque reconoció que hay un debate abierto sobre la transparencia de los últimos comicios.

Evitó emitir juicios definitivos y subrayó la complejidad política que enfrenta Venezuela, describiéndola como “un conflicto de décadas que ha estado al borde de la confrontación civil”.

«Llevo casi 20 años intentando que aquello no acabe en una confrontación civil, que hemos estado algún momento cerca», afirmó.

El exmandatario aseguró que no busca juzgar ni sustituir el rol de las instituciones electorales venezolanas, sino promover el diálogo como única vía para evitar un desenlace violento en el país.

«No me toca a mí hacer eso en términos políticos, porque la oposición son los primeros que saben que debo tener mucha prudencia y mucha reserva», recalcó.

Destacó su «capacidad de diálogo» con Maduro y su gobierno, afirmando que su prudencia es clave para su rol mediador.

Además, indicó que «nunca» ha intentado buscar otro destino para Maduro, y que su «capacidad de diálogo» con el mandatario y con el Gobierno venezolano es «evidente» y «real», alegando que «procura mantenerla» y que «nunca» la va a negar.

Como ejemplo de su labor de intermediario, recordó su intervención para facilitar la llegada a España del líder opositor Edmundo González en septiembre pasado, en un momento político delicado.

Según el expresidente, su objetivo es restaurar el consenso político en Venezuela, aunque reconoció que este se encuentra «más roto que nunca».

No sabía sobre el Delcygate

Zapatero también abordó la polémica visita de la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez a España en 2020, asegurando que no estuvo al tanto de los planes y que se enteró «esa misma noche» de lo ocurrido.

Defendió al entonces ministro José Luis Ábalos, sugiriendo que probablemente no conocía la sanción que impedía a Rodríguez pisar territorio español.

Finalmente, el expresidente concluyó que algunas situaciones políticas son «azarosas e imprevistas», aunque admitió que la gestión de la polémica pudo haber sido manejada con mayor claridad.