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“Estamos enfrentando las horas más peligrosas, saben que están contra la pared actúa con desesperación. Así son las horas finales”, afirmó María Corina Machado, líder de oposición en Venezuela, en una entrevista a Forbes.

En un contexto de creciente tensión política, Nicolás Maduro ha confirmado que tomará posesión como presidente el próximo 10 de enero en la sede de la Asamblea Nacional, un órgano controlado por el chavismo. Esta decisión llega después de que el Consejo Nacional Electoral (CNE), un organismo bajo su influencia, lo proclamara vencedor de las elecciones del 28 de julio, sin haber hecho públicas las actas oficiales.

Por su parte, la oposición, agrupada en la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) y encabezada por María Corina Machado, sostiene que Edmundo González Urrutia fue el verdadero ganador de los comicios. Respaldada por actas filtradas que cubren más del 80 % de las mesas de votación, la oposición denuncia un fraude electoral y asegura que González obtuvo un contundente 70 % de los votos, frente al 30 % de Maduro.

Este escenario ha desembocado en una confrontación inminente, ya que tanto Maduro como González han anunciado su intención de asumir el gobierno de Venezuela el 10 de enero, una fecha que podría marcar un punto de inflexión para el futuro político y social del país.

María Corina Machado, en sus declaraciones a Forbes, delineó los posibles escenarios que podrían desarrollarse en esta fecha crítica, advirtiendo que las próximas semanas serán decisivas para definir el rumbo de la nación. La dirigente opositora enfatizó que la presión ciudadana y el respaldo internacional serán factores clave en este desafío por la restauración democrática en Venezuela.

Transición o represión

Uno de los escenarios que se plantea en el horizonte venezolano es que, antes o el mismo 10 de enero, Nicolás Maduro acepte los términos de una negociación propuesta por la oposición. Este acuerdo facilitaría una transición pacífica y ordenada en Venezuela, permitiendo la juramentación de Edmundo González Urrutia como presidente electo.

Maduro tiene una oportunidad de aceptar los términos de una negociación que hemos ofrecido, con incentivos y garantías que permitirían estabilidad para Venezuela”, explicó la líder opositora. Según ella, este escenario beneficiaría no solo al país, sino también al propio Maduro, al brindarle una salida viable del poder sin profundizar su aislamiento nacional e internacional. El otro escenario, sin embargo, es que Maduro decida aferrarse al poder por la fuerza y la represión. Ante esta posibilidad, Machado es tajante: “Sería el peor error de su vida”.

Advierte que cualquier intento de perpetuarse en el poder provocaría una mayor presión internacional, tanto económica como diplomática, además de intensificar el descontento social.

El diálogo entre el gobierno y la oposición, prácticamente inexistente en los últimos años, aparece ahora como la única vía real para evitar una confrontación de mayor envergadura. Sin embargo, Maduro ha intensificado sus esfuerzos para frenar cualquier intento de transición democrática. Declaró una “alerta roja” de cara al 10 de enero, incrementando la represión, la persecución y la manipulación institucional.

La presión sobre figuras clave de la oposición se ha intensificado en las últimas semanas. María Corina Machado enfrenta acusaciones de traición a la patria, conspiración y asociación para delinquir, mientras que Edmundo González, reconocido como presidente electo por varios países, ha sido amenazado con arresto inmediato si regresa a Venezuela como ha prometido.

La escalada de hostigamiento también incluye el asedio a opositores refugiados en la embajada argentina en Caracas, donde se les ha cortado el suministro de agua y electricidad, además de negarse a otorgarles salvoconductos para abandonar el país. Estos hechos han desencadenado un enfrentamiento diplomático entre Argentina y Venezuela, agravado por la reciente denuncia del gobierno argentino sobre la detención arbitraria de uno de sus gendarmes.

La recientemente aprobada Ley Orgánica Libertador Simón Bolívar contra el Bloqueo Imperialista y en Defensa de la República Bolivariana de Venezuela, que contempla sanciones severas, con penas de hasta 30 años de cárcel, multas millonarias e inhabilitaciones políticas, tiene un objetivo claro: castigar a quienes promuevan o apoyen sanciones extranjeras contra el gobierno madurista. También busca penalizar cualquier intento de reconocer a González Urrutia como presidente electo, acto que el chavismo considera una traición a la “soberanía” nacional.

¿Qué hace diferente a este proceso de transición?

La líder opositora subrayó que el contexto actual en Venezuela es radicalmente distinto a procesos anteriores. La oposición antichavista, más unida que nunca, llegó a los comicios del 28 de julio con la candidatura del exembajador Edmundo González Urrutia, superando años de división profundizados desde la autoproclamación de Juan Guaidó como presidente interino en 2019. Según la dirigente, existen tres factores clave que diferencian esta coyuntura y podrían anticipar un resultado favorable en el proceso de transición.

En primer lugar, destacó la unidad del pueblo venezolano. Machado aseguró que el 90 % de la sociedad está cohesionada en su deseo de cambio, más allá de divisiones políticas, raciales o regionales. “Esto es algo tan profundo que ha adquirido una dimensión espiritual”, afirmó, subrayando la magnitud de la movilización social en torno al proceso democrático.

En segundo lugar, resaltó el apoyo internacional sin precedentes que ha recibido la causa venezolana. Señaló que este respaldo va más allá de las ideologías políticas, al incluir a líderes de izquierda como Gabriel Boric y de derecha como Javier Milei, demostrando que la lucha por la democracia en Venezuela ha trascendido las posturas partidarias. “Esto no es un tema de izquierda o derecha, es un tema de libertades, de principios republicanos y de soberanía popular”, enfatizó.

Asimismo, se pronunció sobre el posible impacto por el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. Aunque evitó hacer comentarios directos sobre el próximo presidente estadounidense, destacó que las figuras clave en su equipo, como Marcos Rubio, como Secretario de Estado, Christopher Landau, como Subsecraterio de Estado, y Michael Waltz como Consejero de Seguridad Nacional, son conocedores de América Latina y han manifestado un firme respaldo a la democracia en Venezuela.

El tercer factor que Machado destacó fue la debilidad interna del Ejecutivo venezolano. Afirmó que el chavismo atraviesa su etapa más frágil debido a la corrupción, las tensiones internas y los enfrentamientos entre facciones. “Nunca el régimen ha estado tan débil como ahora”, sostuvo, asegurando que la pérdida de cohesión en las bases chavistas marca un momento crítico.

Uno de los puntos centrales de su análisis es el reconocimiento internacional de Edmundo González como presidente legítimo. Estados Unidos, el Parlamento Europeo, Italia y un número creciente de países ya lo han respaldado, aunque algunos actores aún se muestran cautelosos, por el limitado impacto que tuvo su apoyo a Juan Guaidó en 2019.

María Corina Machado insistió en que la comunidad internacional debe ejercer presión concreta sobre el gobierno a través del reconocimiento formal de la presidencia legítima de González Urrutia, la implementación de acciones diplomáticas y financieras contra las redes ilícitas que sostienen al chavismo y el apoyo a la Corte Penal Internacional para avanzar en los casos de crímenes de lesa humanidad.

Machado concluyó que la legitimidad del movimiento democrático, la unidad del pueblo venezolano y el creciente aislamiento del régimen marcan un punto de no retorno para Venezuela. Afirmó que la transición es inevitable y expresó su confianza en que el desenlace de este conflicto será clave no solo para el futuro del país, sino también para la estabilidad de la región y la seguridad del hemisferio.