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Robert Alvarado

 “Tendemos a exaltarnos, a destacar las debilidades y los errores ajenos. He comprendido que en cada persona hay algo bueno y puro y noble, junto con el deseo de realización personal. Los dirigentes políticos y religiosos deben tratar de proporcionar una sociedad en la cual se puedan nutrir y acentuar estos atributos humanos…” Jimmy Carter ex presidente de EEUU

Cuando escucho la frase de “fraude electoral” pienso en un concepto que puede adoptar una amplia gama de formas, desde las violaciones de procedimiento a la ley electoral (con o sin la intención de alterar los resultados) hasta el abierto uso de la violencia institucional contra los votantes, testigos de mesa y demás representantes de los partidos políticos que toman parte en la contienda política. Dicho concepto, en nuestro contexto actual, refiere a la manipulación del voto como parte inherente de la competencia electoral, que desempeña un papel decisivo, al punto de tenernos en una crisis política de dimensiones insondables. En todo caso, el fraude debilita la estabilidad política, para muestra, nuestro contexto postelectoral, en el cual la fabricación de votos incrementó con la desigualdad de oportunidades del ejercicio del poder, determinando estrategias contrarias al espíritu que debe privar en toda sociedad democrática.

A propósito de este tema, esta semana salió el Informe Carter. Vale decir, el informe final del centro del mismo nombre sobre las cuestionadas elecciones presidenciales del pasado 28 de julio del 2024 en esta Tierra de gracia. En el mismo, se reitera la conclusión que dieron apenas salieron de Venezuela, dos días después de los comicios, en medio de las denuncias de fraude de la oposición y de protestas ciudadanas generalizadas que fueron violentamente reprimidas por el gobierno: hubo fraude. Un informe parecido al que surgió tiempo en el istmo, los Panamá Papers, en español “Papeles de Panamá”, cuya evocación me llevaron a titular este artículo como Carter’s papers on the elections in Venezuela, que bajo una traducción libre significa en español: Los papeles de Carter sobre las elecciones en Venezuela, no tanto porque se hayan filtrado los resultados evidenciados con ese informe, sino por los elementos probatorios reflejados en ese informe demostrativos de un fraude mayúsculo.

El Centro Carter, con sede en Washington, asegura que los comicios “no cumplieron estándares internacionales de integridad electoral y no pueden considerarse democráticos”. Una manera elegante de decir que se cometió fraude en dichos comicios, verdad de Perogrullo que se pretende desvirtuar por estos días con casi una centena de elecciones, la primera de las cuales fue postergada por lo grotesco de su fundamentación, que se hace más patético con las afirmaciones hechas en el informe in comento, por ejemplo, a lo dicho anteriormente, se añade que además de “la falta de transparencia en el anuncio de los resultados y la aparente falsificación del resultado, las autoridades venezolanas siguieron siendo incapaces de cumplir varios objetivos fundamentales o condiciones para una elección democrática”. A buen entendedor, sobran las palabras. Eso, para no repetir que hubo fraude, continuado, para mayor gravedad.

AL respecto, el Presidente electo en esos comicios, Edmundo González Urrutia, fijó posición en su cuenta X, escribió: “El informe final de la Misión Técnica de Observación Electoral del Centro Cárter sobre las elecciones del 28j ratifica que el régimen debe demostrar respeto por la voluntad de los ciudadanos venezolanos permitiendo una revisión transparente e independiente de los resultados”. Según palabras de algunos analistas, se reflejó un fraude electoral exitoso con un efecto de un golpe de Estado o el de una democracia corrupta. En una elección aplastante, como paso el con Jovito Villalba el 2 de diciembre de 1952, Urrutia ganó, pero no cobró.  En consecuencia, burlaron la voluntad del pueblo venezolano y se impuso el tirano, sacando al ganador, al igual que a Jovito, a un exilio forzoso.

Para el organismo, en Venezuela no existe un “marco legal neutral” ni un “organismo electoral imparcial y transparente” ni libertad de hacer campaña para partidos y candidatos y de informar para los medios de comunicación. En ese contexto, se asegura que no pudo haber competencia libre y justa, oportunidades plenas y equitativas para observar el proceso, y mecanismos imparciales y efectivos para resolver disputas. Por ello, el organismo insiste en recomendar que “las autoridades demuestren respeto por la voluntad de los ciudadanos venezolanos permitiendo una revisión transparente e independiente de los resultados” de las elecciones presidenciales del 28j.

Este demoledor informe es posible que haya tenido incidencia en el diferimiento para finales de mayo de este año de las elecciones pautadas para el 27 de abril, con la que se aspira renovar a diputados de la Asamblea Nacional y gobernadores. Mientras algunos partidos minoritarios se desviven por la posibilidad de concurrir a las urnas en un terreno minado, la líder María Corina Machado, en declaraciones dadas a Tal Cual, dijo sobre las elecciones regionales: “La inmensa mayoría de los líderes políticos están actuando con una gran claridad y valentía, porque el régimen evidentemente está ejerciendo presiones terribles para obligarlos a avalar esta maniobra y muchos están resistiendo con el enorme costo personal que eso implica. Pero lo importante es que la gente está clarísima que vamos a defender y a trabajar para que en Venezuela se pueda votar y elegir, pero en este momento yo no creo que nadie vaya a caer en trampas. El régimen pretende el 27 de abril elegir a sus nuevos rehenes y convertirlos en avaladores de un sistema que pretenden perpetuar…” Los mismos comunistas no van a participar en las elecciones legislativas y regionales, por considerar que no hay “garantías” ni “transparencia electoral” tras las presidenciales de julio de 2024. Una verdadera papa caliente es ese informe final del Centro Carter, después de presentar en la OEA las actas de votación. De forma incontrovertible, dan como ganador a Edmundo González con esos: Carter’s papers on the elections in Venezuela

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