El mes de marzo inició en Venezuela con dos mensajes contundentes desde la administración de Donald Trump que han puesto en vilo a Nicolás Maduro con la salida de Chevron del país.
El 1 de marzo, EE. UU. advirtió a Venezuela, en una enérgica declaración, que “cualquier provocación” del Maduro en la región ocasionará “consecuencias”, luego de calificar de “inaceptable” la amenaza militar contra la operadora petrolera ExxonMobil en aguas de Guyana.
La respuesta estadounidense se debió a la presencia de un buque de la Armada venezolana en territorio del Esequibo, zona limítrofe en disputa que se dirime en la Corte Internacional de Justicia, la cual fue denunciada por el presidente de Guyana, Irfaan Ali.
Eduardo Gamarra, analista político citado por Diario las Américas, estima que una de las razones detrás de las medidas de la OFAC sería el cuestionamiento de venezolanos en Florida a la reunión de Grenell con Maduro y su declaración reciente de que Trump no busca cambio de régimen en Venezuela.
Eduardo Gamarra, analista político y director del Foro de Opinión Pública Latina de la Universidad Internacional de Florida, afirma que EE. UU. está endureciendo su posición contra Maduro, en medio de los “mensajes confusos” que la administración Trump envía al mundo.
La medida del Tesoro sobre las operaciones de Chevron y de otras, parte de las sanciones impuestas por la OFAC, obedece a varias razones externas e internas, según el profesor.
El acuerdo inicial de Grenell a Maduro fue el de no imponer más sanciones a cambio de llevarse a cientos de inmigrantes venezolanos indocumentados de vuelta a su país, pero esto no se cumplió. “Esto ha causado el enojo de Trump”, dice.
“El Presidente afirmó en una comparecencia, en diciembre, que iba a negociar deportaciones por sanciones. Y estamos en eso. Las deportaciones no han sido lo suficientemente rápidas ni masivas, como él lo esperaba, a pesar de los grandes esfuerzos de la política migratoria”.
Indicó que “el Departamento de Prisiones de EE. UU. y otras fuentes señalan que se capturaron 600 miembros del Tren de Aragua, que es una cifra ínfima con relación a la cantidad de inmigrantes venezolanos indocumentados. Quizá Venezuela buscó mil con sus aviones pero el número es pequeño”, dijo el analista político tras considerar que las cifras “son poco transparentes”.
Negociaciones en curso
Explica que como las sanciones tienen un plazo de espera habría que esperar el cumplimiento de los acuerdos por parte de Maduro, que se caracteriza por no cumplir ninguno en los últimos cinco años.
Otra razón de las medidas de la OFAC y la “política dura” de EE. UU. sería el cuestionamiento de venezolanos en Florida a la reunión de Grenell con Maduro y su declaración reciente de que Trump no busca cambio de régimen en Venezuela, según sostiene Gamarra.
“Eso fue muy negativo y contribuyó a la decisión. Marco Rubio, supongo, fue el primero en advertir que esa visita no fue buena. Además, contradice su posición contra dictaduras procomunistas, y eso creo le puede haber creado tensión. Lo que negoció Grenell quizá no tenga sentido ahora”, agregó.
Gamara menciona otra razón adicional en la política interna. Los tres representantes del Sur de La Florida Mario Díaz-Balart, Carlos Giménez y María Elvira Salazar habrían presionado por las sanciones a cambio de sus votos decisivos en la aprobación del presupuesto de Trump. Hubo 217 votos a favor y 215 en contra.
“Lo que hizo Trump con el acercamiento a Maduro fue que arriesgó el presupuesto”.
Resurge la doctrina Monroe
La advertencia de EE. UU. a Venezuela sobre “consecuencias” ante “cualquier provocación” en la región, por el envío del buque militar en aguas del Esequibo, donde opera la ExxonMobil, es “un mensaje contundente de que debe respetar la integridad nacional de Guayana”, según el coronel Octavio Pérez, exoficial de Inteligencia de EEUU.
El mensaje emitido por la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental, en el marco de la política de seguridad en el hemisferio, “es la ratificación que le hace la Casa Blanca de que no come cuento”, afirma.
Y destaca que obedece a la antigua Doctrina Monroe que aplicó por primera vez el presidente James Monroe en 1823, como su política exterior que no permitiría intervenciones europeas en los asuntos internos de los países americanos.
“Esto es parte de un potaje donde está el Tren de Aragua, designado por Trump como organización terrorista multinacional; los conflictos por la inmigración indocumentada; el tráfico de fentanilo. Y ahora la Casa Blanca le advierte al régimen si te mueves y te atreves a usar a las fuerzas armadas, usaremos también las fuerzas armadas”, puntualiza.
Perez señala que Trump ya hizo una advertencia diplomáticamente con la eliminación de la Licencia 41 “y ahora le dice si te atreves a usar la fuerza militar en contra de otro país y en particular Guayana tendrás una respuesta”.
Pero además, no es el primer mensaje que Trump envía a Maduro sobre Guyana, dice en referencia al incidente de 2024 en territorio del Esequibo, una zona limítrofe en disputa, “del que Venezuela comenzó a mostrar más interés cuando se descubrió con la ExxonMobil los grandes yacimientos de petróleo, de gas”.
“Este es un jaque y Maduro tiene que empezar a mover las fichas”, asegura Pérez, quien predice que “vendrán más mensajes”.