La confirmación de la partida de la petrolera estadounidense Chevron de Venezuela ha desencadenado una respuesta inmediata del gobierno de Nicolás Maduro. Con la amenaza de una disminución significativa en los ingresos petroleros, el presidente ha anunciado un «Plan de Independencia Productiva Absoluta» y busca aliados estratégicos en China y Turquía. Esta situación se desarrolla en un contexto de sanciones internacionales y una economía venezolana que lucha por mantenerse a flote.
La operación de Chevron en cuatro empresas mixtas con PDVSA, que había impulsado un aumento considerable en la producción, se detiene. Esto podría resultar en una pérdida de hasta 150.000 barriles diarios.
La producción nacional, que actualmente ronda los 950.000 barriles diarios, se verá afecta
Maduro ha intensificado las negociaciones con China y Turquía, buscando acuerdos que compensen la salida de Chevron. Existen rumores sobre el interés de China Petroleum en asumir las operaciones de Chevron.
Los viajes recientes de la vicepresidenta Delcy Rodríguez a India y Turquía subrayan la urgencia de estos acuerdos.
Empresas de La India, como Reliance, han mostrado interes en hacer negocios con Venezuela. Expertos anticipan un 2025 con un crecimiento económico mínimo y un posible repunte de la inflación, superando el 100%.
La vulnerabilidad de la economía venezolana, dependiente del petróleo, se agudiza.
La opinión del economista Francisco Rodríguez, de la Universidad de Denver, refuerza la idea de una perdida en la recuperacion que se venia dando. El endurecimiento de las sanciones internacionales complica la búsqueda de alternativas y aumenta el «over compliance».
Se prevé un incremento en las ventas de crudo en alta mar y la participación de nuevos operadores energéticos.
La economía venezolana se encuentra debilitada por la gestión gubernamental y las sanciones. La industria opera con un 30% de su capacidad, a pesar de una leve recuperación. La emigración de millones de ciudadanos y la contracción del mercado son factores clave.
La salida de Chevron introduce un periodo de incertidumbre para Venezuela. La eficacia de las estrategias del gobierno para mitigar el impacto será determinante en el futuro cercano.