COMPARTIR

La Ella había ascendido, había subido desde lo más profundo del inframundo, lugar donde son torturadas las almas de los pecadores eternamente después de la muerte; ella se vino del inframundo, donde la oscuridad y la falta de luz solar, son dos de las características que identifican al mundo del horror y el terror.

De allí se vino María Cristina Annabelle Clarice Marianna, a quienes le temian en el propio inframundo las otras almas en pena. Maria Cristina se había fugado del valle de los muertos, engañando al barquero Caronte y, a la mismísima diosa de la muerte, Mictecacihuatl. Se había escapado para venir al mundo de los vivos, donde resplandece el sol, y están muy cercanos los dioses del Olimpo y del Empíreo; María Cristina se vino al mundo de los vivos para buscar esclavos y prisioneros; para hacer los más terribles de los males. La presencia de María Cristina pasaba desapercibida a simple vista por el común de la gente, a quienes les despertaba incendiarias pasiones y simpatías por su belleza y telúrico carácter; por su fuerza y elegancia, pero muy especialmente por la hipnosis sugestiva general, que aplicaba a sus seguidores y creyentes, a quienes les alteraba su conciencia y carga espiritual, para hacer de ellos sus aliados del horror. Maria Cristina Annabelle Clarice Marzanna, se había convertido en la Reina del terror en el mundo de los vivos por un corto tiempo, pero actuó con tanto horror, que su presencia casi se hacía infinita. Lo que no esperaba María Cristina, era que Zeus, el padre y Rey de todos los dioses y hombres del mundo de los vivos, estaba observándola, y, decidió con todo su poder como Dios supremo, lanzar habilidosamente un conjunto de rayos mortíferos contra María Cristina, que la desintegraron totalmente en todas sus partículas, y regresada nuevamente al inframundo, donde hoy permanece encadenada con candela eternamente. Autor, Silvio Mora Ochoa. Miembro de la asociación nacional de escritores de Venezuela, capitulo Portuguesa. Imagen prestada de la red, créditos para su autor.