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La disparada del dólar en el mercado paralelo venezolano, junto a la menguante capacidad de intervención del Banco Central de Venezuela (BCV), ha encendido las alarmas entre los economistas. Expertos como José Guerra y José Manuel Puente advierten sobre el inminente riesgo de una hiperinflación y el devastador impacto en el ya precario poder adquisitivo de los ciudadanos.

Desde finales de marzo, la brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo se ha ensanchado peligrosamente. El dólar paralelo superó la barrera de los 100 bolívares, obligando al BCV a realizar intervenciones puntuales para frenar su ascenso.

A pesar de estas intervenciones, la diferencia entre el tipo de cambio oficial (72,18 bolívares) y el paralelo (97,40 bolívares) sigue siendo alarmantemente amplia.

José Guerra, director del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), califica la intervención del BCV como «puntual» e insuficiente para revertir la tendencia a la depreciación del bolívar.

Guerra advierte sobre las limitadas reservas líquidas del BCV, especialmente en el contexto de la volatilidad del mercado petrolero.

Guerra proyecta una inflación que podría superar el 200% en 2025, impulsada por el alza del dólar, que ya acumula un incremento del 190% en comparación con marzo de 2023.

José Manuel Puente, economista, habla de una «tormenta perfecta» en el mercado cambiario, con consecuencias catastróficas para la inflación y los salarios reales.

Puente señala que el tipo de cambio estaba «artificialmente bajo» por motivos políticos, una estrategia insostenible a largo plazo. La hiperinflación venezolana, muy superior a la de sus socios comerciales, ejerce una presión constante sobre el tipo de cambio.

La perdida de poder adquisitivo, y los bajos salarios minimos, empeoran la situacion para la poblacion.