Por Robert Alvarado (@robertveraz)
“Deseo anunciar que en conexión con la introducción comercial de mis inventos, prestaré servicios profesionales generales como ingeniero consultor y electricista.” Nikola Tesla
Nuestra Venezuela sigue enfrentando una crisis eléctrica, con racionamientos y cortes continuos. La generación eléctrica está 80% por debajo de su capacidad, lo que afecta a millones de personas en esta Tierra de gracia. El gobierno justifica la situación atribuyéndola a la sequía de los embalses y al cambio climático. Algunos le achacan los males energéticos a los errores pasados y presentes del gobierno en más de dos décadas. Recuerdo una anécdota del empresario Oscar Machado Zuloaga. Durante el primer gobierno del Dr. Rafael Caldera, hubo intentos de estatizar su empresa. En ese momento, un periodista se acercó a Machado Zuloaga y le preguntó: “¿Qué hará usted si el gobierno termina por estatizar la empresa?” Su respuesta fue contundente: “¡Montaría de inmediato una fábrica de velas!”
Esta respuesta sugiere que los servicios eléctricos deberían estar en manos privadas y no de un grupo de personas que llegan al poder con intenciones alejadas de la eficiencia en la prestación de servicios públicos, por ende, sin la mínima intención de ofrecer soluciones a la crisis eléctrica. El caos alcanzó su punto álgido el 07 de marzo del 2019, cuando Venezuela quedó paralizada debido a fallas en el servicio eléctrico en varios estados del país. Nadie dio argumentos convincentes y valederos sobre esto, solo se escucharon murmuraciones, que era un “sabotaje” contra la principal represa de generación de energía eléctrica del país, Guri. Para no hacer el cuento más largo, le echaron la culpa a EE.UU. por el apagón masivo en Venezuela. Lo dijo Maduro, en los actos militares en el marco de los festejos por el aniversario del natalicio de Simón Bolívar. Que el apagón masivo se debió a un ataque “electromagnético”. Todo se quedó allí, siguió el caos energético, con los bolichicos haciendo festín con los recursos mil millonarios asignados al sector eléctrico, y pueblo, más que acostumbrarse, se resignó ante los insalvables efectos de la crisis eléctrica, para remate, la gran mayoría de trabajadores y técnicos del sector se fueron del país, agobiados por los bajos ingresos e incentivos en la empresa Corpoelec.
La crisis eléctrica se quedó y, por ahora, el gobierno de Nicolás Maduro puso en marcha otro plan de racionamiento eléctrico, que se aplica desde el lunes 24 de marzo del 2025 y por seis semanas, que afectaría principalmente a los organismos de la administración pública, cuando nos afecta a todos por la cuasi paralización de la administración pública. Esto es algo surrealista en el llamado país más rico del continente americano, pero más paradójico es que tenga réplicas allende los mares. Esta semana la crisis de energía eléctrica le tocó la puerta al continente europeo, por allá en España, Portugal y zonas del sur de Francia se vieron angustiados, sufrieron un apagón masivo a última hora de la mañana del lunes 28 de abril. La interrupción eléctrica en ese momento forzó la suspensión total del tráfico ferroviario e impactó notablemente el funcionamiento del tráfico aéreo. Infraestructuras como hospitales también sufrieron el corte masivo y fueron obligadas a activar sistemas de suministro de energía de emergencia, como generadores eléctricos propios. La gente caminaba desorientada, desesperada, en medio de vehículos en atascos en las adyacencias de la Plaza de Cibeles, en Madrid, España, como se pudo ver en las redes sociales
En los países europeos afectados por ese mega apagón, los jefes de gobierno fueron muy cautelosos para darle respuesta a la ciudadanía, ni por el carrizo hablaron de iguanas o rabopelados, por más que las redes se inundaron de con la agraviada iguana con sus maleticas llegando al viejo continente. El primer ministro portugués, Luís Montenegro, indicó que, a pesar de desconocer el motivo del apagón, “todo apunta” a que su origen estuviera en España. “Sabemos que el origen no fue en Portugal; como sabemos, nosotros tenemos la interconexión con España y todo apunta a que fue allí donde se originó toda esta situación, pero no quiero especular”, y agregó que están trabajando con el Gobierno de España para entender “mejor” la situación, al tiempo que los servicios de Inteligencia portugueses están investigando. En otras palabras, se escurrió el bulto. Resultado, la iguana salió absuelta en tierra lusitana.
El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, hizo una comparecencia ante los medios de comunicación, diciendo que estaba en búsqueda de un “diagnóstico certero” para determinar las causas que estarán detrás del inédito suceso y poder tomar las decisiones para que un evento así no vuelva a producirse. Dios quiera y sea así, que no empiecen a construir una narrativa similar a la urdida por el régimen venezolano sobre la crisis eléctrica. Realmente, una situación que desde ya tiene en vilo no sólo a los europeos, sino a millares de venezolanos que izaron velas con rumbo contrario al de colón, huyendo, entre otras cosas, de los incómodos y chocantes apagones. Si escuchan hablar por aquello lares de ataque “electromagnético”, peor aún, de una iguana comiendo cables eléctricos, apaga y vámonos. Mientras, en el imaginario colectivo, afloró otra realidad surrealista, “se fue de Venezuela a España, la crisis eléctrica”.
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