Autor, Silvio Mora Ochoa.
Señora mía, que privilegio sería enamorarse de usted, si señora, de usted, enamorarse de una manera perpetua, donde cada minuto sean flores de colores en su jardín; que privilegio sería enamorarse de usted señora mía, de su delicada presencia y liviano vuelo al caminar, de su amorosa sonrisa de reina coronada por los dioses, de todos los nombres que en otras vidas fueron suyos, si señora mía. Ya está bien que ese pasado suyo, que ese tiempo que ya sucedió, que fue anterior a su presente, quede atado para siempre en la muerte del olvido infinito. Señora mía, deja que tu delicado encanto de hechicera sagrada me cautive, que tu hermosura y magia de mujer sobrehumana, trepe sobre mi noble voluntad, si señora mía, deja que tu corazón y el mío se hagan un solo corazón, que tu alma y el alma mía se hagan la misma piel, que tus sueños y los míos sean un sólo sueño para el amor. Ya está bien señora mía, que sufra en noches y madrugadas frías interminables, por no dejar que su corazón y el alma mía se hagan una canción para el amor en carne viva. Autor, Silvio Mora Ochoa, miembro de la asociación nacional de escritores de Venezuela, capitulo Portuguesa. Imagen prestada de la red, créditos para el fotógrafo.