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ALIRIMAR PARRA.

Esta Tierra de Gracia, Llena de Gracia, es el resultado del proceso de resistencia, Cimarronaje e Inculturización de la  Fe vivido por Venezuela durante más de 500 años, 120.000.000 de nativos fueron objetos de sacrificio en menos de 100 años. 24.000.000 de piezas de ébano fueron arrancados del África Subsahariana. De este lugar llegaron los esclavos a Venezuela, 19.000 europeos, sin contar clérigos, mujeres y niños. Vinieron detrás de la ambición del Dorado y de la Laguna de Caranaca. De allí venimos. Nuestra cultura  venezolana es un crisol que integra fundamentalmente a tres familias distintas: la indígena, la africana y la europea. Todas a su vez tenían culturas diferenciadas según las regiones y clanes, motivados a los procesos históricos de lucha y dominio  por parte de los imperios conocidos hasta entonces. En Venezuela existe una particularidad  que nos identifica y debe considerarse  a LA LLEGADA DE LOS EUROPEOS, como el impacto cultural por la fuerza; con la influencia de las cruzadas (pueblos árabes), de los pueblos cataros, del Sacro Imperio Romano, los Tercios españoles y por supuesto LA FE CATOLICA y con ella las raíces de la cultura Hebrea, de ese mestizaje venimos los llaneros y toda Venezuela, hechos históricos trascendentales que entretejen la cultura multiétnica diversificando las manifestaciones y expresiones culturales de la población, identificándonos como personas cálidas, acogedoras y abiertas al dialogo, unidos a la virtud de justicia e igualdad, encarnada en el héroe nacional Simón Bolívar que se hace extensiva a toda la América Latina.  Nuestra llanería también viene de Europa y que se emancipa en las gestas independentistas lideradas por el Libertador y que en  Sueño Latino de Eladio Tarife, en la voz del guariqueño José Catire Carpio nos recuerda el valor de ser venezolanos, ejemplos  de lucha, resistencia y fe, esta canción de acuerdo al criterio del poeta Yorman Tovar: “Es la canción más universal, pues en sus versos el poeta navegante recorre en onírica barca las cuencas fluviales del Sur y Centroamérica y se identifica con los mártires aborígenes, arrasados por espadas y arcabuces de la conquista española, y abraza la venezolanidad llanera con los tangos de Gardel”.

Venezuela Tierra de Gracia, Llena de Gracia, tiene elementos culturales que la identifican, el llano y sus llanerías. Los llaneros tuvieron una destacada y decisiva participación en las luchas independentistas, su máximo líder, el General José Antonio Páez, llanero de nacimiento y formación, contribuyó de manera determinante al éxito del proyecto emancipador. Su nombre siempre brillará al lado del Libertador. El llanero y su cultura es la expresión más genuina de lo venezolano. Valiente, impetuoso, despótico, noble, pero más que nada poeta, su poesía tiene la recia fiereza de los elementos que se agitan en torno suyo, enumera elementos que conforman su inspiración: “Los palmares agitados por las brisas, sus amores, sus guerras, sus lances de vaquerías. En la identificación entre Venezuela y lo «llanero» (en la investigación realizada por la Fundación Empresas Polar en la obra “Las Huellas de María) (como construcción) se pueden registrar, tres hitos de extrema importancia: El joropo «Alma llanera» tenido afectivamente por los venezolanos como el segundo Himno Nacional. Don Rómulo Gallegos y su novela Doña Bárbara, publicada por primera vez en (1929) y ambientada en el bajo Llano apureño. El más importante de esos elementos que conforman la Identidad Nacional donde el llano y lo llanero es lo esencial y que trasciende las fronteras patrias dando la característica de una cultura matricentrada, es decir la mujer es la esencia de la venezolanidad:  Es la proclamación, en 1942,  por parte de la Iglesia Católica de Nuestra Señora de Coromoto,  (Guanare estado Portuguesa), como Patrona de Venezuela, esto es, intercesora de los venezolanos ante Dios. Estos elementos nos identifican como pueblo, pero es la fe quien construye la base moral de la nación, y debe tener culturalmente el reconocimiento merecido para salvaguardar y conservar por Ley y Política de  Estado la Memoria Histórica de la Nación, María de Coromoto junto a Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar es el más universal Patrimonio de la Humanidad en Venezuela.

Y poetizando la culura de mi país enfatizo: La venezolanidad figurea con un tamunangue, y danza la culebra de Ipure en honor a San Antonio de Padua, saca a bailar a San Juan, mira al mar con un polo margariteño y, en procesión suenan los chimbángueles de San Benito; San Isidro Labrador quita el agua y pon el sol, el San Pedro de mi tierra es un santo milagroso juega chapas con los negros y descubre a los tramposos; y San Pablo sale en procesión con un cielo iluminado con fuegos artificiales; el llano baila joropo y las tonadas inmortalizadas por Tío Simón nos recuerdan el nacimiento del Niño Jesús en la Vaca Mariposa. La Cruz de Mayo se ve hermosa cuando la visten los niños en las escuelas y en cada región se disfruta de esta tradición de acuerdo a la influencia ancestral de cada pueblo nacional. Los Diablos Danzantes de Venezuela rinden culto al más grande Patrimonio Espiritual de la Nación: Jesús en el Santisimo Sacramento del Altar “Real Sacerdocio de Melquisedec” (nuestra nación tiene su consagración absoluta a Jesús Sacramentado, única en el mundo)  convirtiéndose en el primer mayor Patrimonio del pueblo venezolano.Por ello, hablar de la Fe Catolica en Venezuela es reconocer la esencia cultural del pueblo, los patrimonios culturales de nuestra Nación reconocidos por la UNESCO en un 90% pertenecen al Santoral Católico, mestizados en un proceso de resistenca, cimarronaje e inculturización de la fe que pueden ser verificados por cientificos no solo en bioquímica, antropología y sociología,  sino por el hilvanado del tejido histórico del Santísimo Sacramento del Altar: “Jesús Eucaristia” que en el Orden de Melquisedec cuenta con una tradición de más de 4000 años y en el caso de la Mariofania de Coromoto, al  ser una imagen Acheropita que significa en griego bizantino “no pintada por mano humana” reune las mismas caracteristicas de arte angélico al poseer una riqueza semántica, conectándose con los conceptos de pureza, bondad y belleza celestial, trascendiendo la mera referencia a un niño pequeño adentrándose en un territorio simbólico con profundas raíces históricas y culturales, que en sentido figurado puede utilizarse para describir lo excepcionalmente bello, bueno, y puro que va mucho más alla de su significado literal conectándonos al simbolismo de culturas a lo largo de la historia. Valdría que expertos en las diferentes áreas del conocimiento científico puedan contemplar la belleza de la Mariofania de Coromoto certificando científicamente su valor histórico cultural y artístico, como esencia del pueblo venezolano y pueda volver a enseñarse en las escuelas como Patrimonio Cultural esencialmente vital para la formación de los valores identitarios del noble pueblo venezolano, para ello  las alcaldías tendrían que legalmente a través de ordenanzas especiales  dar cumplimiento a lo ya consagrado por el Instituto de Patrimonio Cultural  en lo concerniente a la protección del Patrimonio Cultural convirtiéndolas en temas para ser incorporados en los contenidos docentes de las escuelas y liceos municipales (art. 19 de la Providencia Administrativa N°012/05 del 30 de junio del año 2005, por interés superior del Estado Venezolano) pues la historia de Coromoto y demás manifestaciones Marianas en Venezuela es un hecho científico cuyo patrimonio es  espiritual, religioso, histórico, tangible, intangible y natural (Mariposa 89 Diaethria phlogea originaria de Guanare Venezuela) hacen de la Aparición de Coromoto el hecho más trascendental de la América del Sur, reuniendo todos los elementos etnográficos y etnológicos para ser declarado como el más universal Patrimonio de la Humanidad de los venezolanos.