Guanare, Portuguesa – La Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro) ha emitido una seria alerta sobre la siembra de maíz en el país, un rubro crucial para la seguridad alimentaria. Las intensas y atípicas lluvias registradas a principios de julio han afectado inicialmente el 5% de las 160 mil hectáreas sembradas a nivel nacional, y gremios productivos en Portuguesa, el «Granero de Venezuela», advierten que esta cifra podría incrementarse.
El maíz, vital para la producción de harina precocida, se encuentra en un momento crítico de su ciclo de siembra. De las hectáreas cultivadas en el país, 90 mil corresponden al estado Portuguesa y otras 70 mil a Guárico, dos de las principales regiones productoras. Las anegaciones y los excesos de humedad están dañando las plantas ya brotadas y retrasando las nuevas siembras, generando una profunda preocupación entre los agricultores.
Productores claman por ayuda ante escenario incierto
La situación ha sido uno de los temas centrales en la Asamblea Anual de Fedeagro, que se celebra precisamente en Portuguesa. Los productores no solo enfrentan el embate de la naturaleza, sino que también luchan con un conjunto de desafíos estructurales que complican aún más su capacidad de respuesta.
«Las pérdidas por el agua son directas, pero el problema va más allá», explicó un vocero de un gremio local. «Necesitamos garantías para la resiembra. ¿Tenemos suficientes semillas de calidad, fertilizantes a tiempo? El acceso al financiamiento adecuado y a seguros agrícolas es casi nulo para la mayoría, lo que hace que cada evento climático adverso sea un golpe devastador».
A esto se suman las persistentes dificultades con el suministro de combustible, el alto costo de los agroquímicos y la precaria situación de la vialidad agrícola, que dificulta el tránsito de maquinaria y la movilización de insumos, especialmente bajo condiciones de lluvia extrema.
Impacto en la Cadena de Suministro y Perspectivas Futuras
La afectación de la siembra de maíz no es solo una preocupación para los productores; tiene implicaciones directas para la cadena de suministro alimentario y los consumidores venezolanos. Aunque las autoridades han asegurado que no hay riesgo de desabastecimiento inmediato de otros rubros, la vulnerabilidad del maíz podría, a mediano plazo, generar presiones en los precios de la harina precocida o aumentar la dependencia de importaciones en un contexto de lenta recuperación económica.
Los gremios agrícolas han hecho un llamado urgente al Gobierno nacional para que active planes de contingencia y apoyo directo a los productores afectados. Se espera que de la Asamblea de Fedeagro surjan propuestas concretas que incluyan desde asistencia técnica y suministro de insumos para la resiembra hasta la revisión de políticas crediticias y de seguros que permitan al sector agropecuario venezolano afrontar de mejor manera los desafíos climáticos que se perfilan cada vez más como una constante.
La siembra de maíz en Venezuela, que ya enfrenta la proyección de una caída de hasta un 14% en su producción este año por limitaciones de crédito y otras barreras, ahora debe sortear el embate de unas lluvias que amenazan con mermar aún más la cosecha y la esperanza de los agricultores.