En el pulso silencioso de la historia regional, hay esfuerzos que no aparecen en los titulares, pero sí en la vida diaria de cientos de familias. EVALSA, más que una empresa, ha sido un canal de dignificación desde hace 17 años. Una constancia sin interrupciones, tejida en jornadas de trabajo que se confunden con actos de solidaridad.
Durante este tiempo, no se han entregado sólo productos o servicios: se ha cultivado confianza, se ha levantado el espíritu de una comunidad que encontró en esta empresa un aliado silencioso, pero firme. Día tras día, año tras año, el esfuerzo se ha transformado en sustento, y el compromiso en legado.
EVALSA no ha pretendido encabezar manifestaciones ni levantar banderas: ha preferido estar donde más se necesita, con humildad y eficacia. En cada acción, ha latido una sabiduría que no se aprende en libros: la que se forja con el dolor ajeno, la esperanza compartida, y la gratitud de quien recibe una mano sin condiciones.
Más que cifras, esta empresa acumula vínculos. Y su fundador ha entendido que la constancia no es sólo una virtud personal, sino una forma de respeto colectivo.
Hoy, cuando se cumplen 17 años de una trayectoria impecable, es justo reconocer que EVALSA ha logrado algo más difícil que crecer: sostenerse sin renunciar al propósito, sin olvidar al pueblo, y sin perder el alma.
Con especial gratitud y admiración, saludamos afectuosamente al señor Acra Karouni y a toda su familia. Que cada logro alcanzado siga siendo reflejo de su constancia, humanidad y visión compartida. Gracias por convertir empresa en esperanza.