En una llamada el 4 de julio, el presidente Donald Trump alentó en privado a Volodymyr Zelensky a intensificar los ataques en territorio ruso, incluso preguntándole si Ucrania podría atacar Moscú y San Petersburgo si EE. UU. proporcionara armas de largo alcance, según fuentes cercanas a la conversación. Esta postura representa un giro respecto a la posición previa de Trump sobre la guerra, quien había prometido acabar rápidamente con el conflicto y reducir la implicación estadounidense en el extranjero.
La conversación refleja su creciente frustración ante la negativa de Vladimir Putin a negociar un alto el fuego.
Aunque los misiles de largo alcance no están incluidos actualmente en el paquete de ayuda militar de EE. UU., su entrega podría activarse más adelante como medida de presión si Donald Trump lo decide. El paquete, valorado en 10.000 millones de dólares, autoriza el uso de 18 misiles ATACMS con un alcance de 300 kilómetros y contempla futuras entregas. En una conversación con Volodymyr Zelensky, Trump preguntó por qué Ucrania aún no había atacado Moscú, a lo que Zelensky respondió que podrían hacerlo si recibían las armas. Trump insistió en que Ucrania debería aumentar la presión sobre Putin, también apuntando a San Petersburgo.