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Los 252 jóvenes venezolanos detenidos por el gobierno de Donald Trump, bajo una orden de deportación a Venezuela y a partir de allí secuestrados y enviados a la megacárcel del Cecot en El Salvador, bajo engaño, significó el comienzo de un impasse diplomático entre las tres naciones involucradas. Bajo un falso argumento, amparado en la matriz mediática del Tren de Aragua, Trump los acusó de pertenecer a esa banda, sólo por tener la nacionalidad venezolana y tener en sus cuerpos tatuajes, sin el debido  acompañamiento legal, ni expedientes, ni ninguna otra forma que explicara el traslado al país centroamericano, hoy famoso por tener una de las cárceles más grandes del orbe, donde se negocia con la vida de miles de jóvenes allí detenidos para mantener la fachada de asepsia social que pretende imponer ante el mundo.

Los muchachos venezolanos hoy retornados a su patria, narran sus terribles experiencias,  a través de un video junto a las declaraciones en una rueda de prensa del fiscal de la nación Tarek William Saab, de como fueron sometidos a maltratos, situaciones vejatorias de la dignidad humana, de todo tipo de agresiones. Muchos de ellos fueron abusados sexualmente, lo que llevó a algunos a pensar en el suicidio. Otros fueron baleados con perdigones y sometidos a golpizas constantes, sus celadores nombraban durante los momentos de tortura a Bukele como el autor de todos sus males.

Hoy estos jóvenes se encuentran libres de los sufrimientos a que los sometieron dos gobernantes de naciones aparentemente respetuosa de los derechos humanos, Donald Trump y Nayib Bukele. Sin embargo en esa siniestra prisión quedan en la oscuridad y el anonimato miles de salvadoreños pobres, sin recursos, sin los debidos procedimientos que debe otorgar la ley, las más duras injusticias del gobierno de este ser, una especie de capataz bananero del imperio.

Que este caso sirva de advertencia y experiencia para combatir y evitar este tipo de acciones de franca violación de los derechos humanos, ejecutada de primera mano por gobernantes que actúan al margen de las leyes internacionales.