Por Robert Alvarado
«El socialismo fracasa cuando se les acaba el dinero… de los demás». Margaret Thatcher
Según tengo entendido sobre la política, la izquierda y la derecha representan dos grandes tendencias con visiones opuestas sobre cómo organizar la sociedad. La izquierda suele abogar por el cambio social, la igualdad y la intervención estatal, mientras que la derecha tiende a enfocarse en el orden, la tradición y la libertad individual, con menor intervención del estado. Le preguntamos a un ciudadano común al respecto, no supo darnos una respuesta certera, por creer que ser de derecha e izquierda, es algo como AD y COPEI, que los adecos son de izquierda y los copeyanos son derecha, una maliciosa interpretación aplicada en esta Tierra de gracia. Al punto de afirmarse, con malicia, por supuesto, que el último presidente de derecha fue Marcos Pérez Jiménez y de ahí en adelante, desde el año 1958, los presidentes fueron de derecha, como los políticos que nos gobiernan vociferan. La realidad es que la política define una sociedad y a la humanidad como ciudadanía con inclinaciones en cuanto al ejercicio de la gobernanza bajo un tinte ideológico u otro, por lo general, contrapuestos, casi irreconciliables. Así las cosas, es posible establecer diferencias entre políticas de izquierda y derecha.
La divergencia de la izquierda y la derecha en la política, tuvo su origen en un hecho anecdótico que aconteció sin intenciones de trascender, pese a que, finalmente, lo haya hecho. Un 28 de agosto de 1789 se celebró la primera Asamblea Nacional Constituyente. Surgió de la necesidad de discutir el peso político que debía tener la asamblea popular en contraposición al poder real, el cual se representaba con la figura del Rey de Francia. En el momento de la votación, la representación de la aristocracia, el clero y la alta burguesía, que defendían el control del poder real, se colocaron y organizaron a la parte derecha del presidente de la asamblea. Por contra, los representantes partidarios del poder popular se fueron agrupando a la izquierda. Lo que primero fue una simple percepción, después de la Revolución Francesa generó división conceptual entre izquierda y derecha en política, que se profundizó durante un siglo para, posteriormente, extenderse en el siglo XIX hacia América del sur, coincidiendo con los diferentes procesos independentistas.
Los regímenes se caracterizan por ejercer el poder imbuidos en la izquierda o en la derecha, que, en política, como dije, tienen una serie de ideas o doctrinas esenciales que resultan antagónicas entre sí. El estado de bienestar es uno de ellos. Para la izquierda, todo lo relacionado con el bienestar colectivo es prioritario y está por encima del progreso o crecimiento individual. Para conseguirlo, se deben suprimir todas las clases sociales. Por su parte, la derecha promueve el bienestar individual centrado, sobre todo, en el progreso económico, siendo el eje central del bienestar basándose en un mercado libre, con los incentivos que crea para la innovación y generación de riqueza, junto a un sistema que cuente con servicios sociales y sea amplio y generoso. En cuanto al reparto de la torta, la izquierda aboga por la distribución equitativa de la riqueza, fundamentándose en la convicción de que todas las personas son iguales y merecen gozar de derechos equivalentes, así como asumir las mismas responsabilidades como ciudadanos. Desde esta perspectiva, se busca reducir las disparidades económicas y sociales, y se defiende la implementación de políticas que favorezcan la igualdad de oportunidades para todos los miembros de la sociedad. En contraste, la derecha sostiene que la distribución de la riqueza debe estar en consonancia con el esfuerzo y la contribución individual de cada persona. Según esta visión, quienes aportan más al desarrollo económico deben recibir una recompensa proporcional, y se valora la meritocracia como un principio fundamental. Desde la derecha, se argumenta que este enfoque incentiva la iniciativa individual y la innovación, creando un entorno propicio para el crecimiento económico. A decir verdad, este marco teórico dista mucho de la realidad vivida en Venezuela o en cualquier país del mundo.
En América Latina, Asia y África, la izquierda fue esencial en el siglo XX para el surgimiento de múltiples movimientos sociales y políticos. Algunos de ellos incluyeron la formación de guerrillas y la lucha armada como medios para debilitar o eliminar sistemas políticos de derecha y acceder al poder, dinámica que luego cambió por una mimetización con los postulados de la derecha. En otras palabras, haciendo pasar por ovejas. Volvamos a la teoría. A pesar de que los fundamentos ideológicos izquierdistas han perdurado, existen diferentes visiones sobre el cómo debe lograrse el bienestar colectivo. Se incluye a su vez múltiples visiones o posturas ideológicas que pueden subdividirse en función de ello, existen varios tipos de izquierda: Marxismo-Leninismo, Trosktismo, Maoísmo; Marxismo libertario e Izquierda democrática reformista. También existen múltiples corrientes en la derecha política, en términos generales puede decirse que los gobiernos de derecha tienden al conservadurismo, a la defensa de las tradiciones y la identidad nacional. Estas son algunas de las corrientes que coexisten dentro de la derecha política: Tradicionalismo político, Conservadurismo y Liberalismo.
En resumen, estas son algunas diferencias entre la derecha y la izquierda en el ámbito de lo que llamamos política. La realidad es que la izquierda sería mal gobernante, pésimos, argumentan algunos, pero son buenos haciendo oposición al gobierno que los adversa y han aprendido a sacar a la derecha del poder con las mismas herramientas que ésta ha utilizado para entronizarse en la gobernanza. Latinoamérica abundan casos de cómo la izquierda le ha quitado espacio a la derecha, haciéndose pasar por mansa paloma, negando incluso su investidura izquierdista, en todos esos casos, los gobiernos de izquierda han derivado en abuso del poder público para beneficio privado, involucrando sobornos, malversación de fondos y otras formas de enriquecimiento ilícito con deterioro de las instituciones, la inestabilidad política y el menoscabo del Estado de derecho. Para muestra un botón: Lula, fue preso y después volvió por sus fueros (un tanto moderado en su izquierdismo), algo que no ha podido hacer Evo ni Correa…
Estas son verdades al ver estas dos diferencias básicas en política, que me llevaron a titular mi columna: Entre derecha e izquierda, en alusión a un escenario en el cual no siempre es el ciudadano que toma la última decisión, así sepa lo bueno y lo malo del sistema político que nos gobierna…
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