REDOMA CACIQUE COROMOTO. ARTE SACRO EN SU MAXIMA EXPRESIÓN
ALIRIMAR PARRA

El Arte Sacro trata de «evocar y glorificar, en la fe y la adoración, el misterio trascendente de Dios, belleza sobreeminente e invisible de Verdad y Amor, manifestado en Cristo» de acuerdo al Catecismo de la Iglesia Católica, núm. 2502. Es decir, dentro de la tradición católica, el término arte sacro se refiere a las formas en que la comunidad de la Iglesia ha expresado el misterio trascendente de Dios a través de medios artísticos. Encabezado propicio para exaltar el valor artístico de la más reciente obra de arte de la Maestra del Arte Sacro Coromotano, María Belén de la Coromoto Girard Terán. Guanareña excepcional, nacida el 15 de Noviembre de 1953, quien desde sus 05 años motivada por su abuela Rosa Isidra Terán al asistir a la Catedral, descubre su gran amor por el dibujo y la pintura que luego se trastoca a todas las expresiones de las artes plásticas, incluyendo la escultura. Su producción artística incluye intervención de espacios y restauración de piezas religiosas. Se destaca la recuperación de la cúpula de la Basílica Catedral de Nuestra Señora de Coromoto, dos de sus obras se encuentran en el Vaticano, exposiciones en España, museos de arte sacro (Caracas y Mérida), una de sus obras fue escogida para bendecir el mar. Belén Girard es una persona fraternal, además llena de humildad. Orgullo de nuestra tierra guanareña.
El 29 de julio de 2024, fue devastada la obra Cacique Coromoto, colocada en la redoma principal de Guanare, por ello en julio del 2025 y previa solicitud del pueblo guanareño, la artista Belén Girard se inspira en el sagrado momento en que la Virgen Santísima se aparece al jefe de la Tribu Los Cospes. Vale una crítica científica de esta obra de arte, fundamentada en la historia y teoría del arte, para hacer una interpretación y juicio de valor, ayudando al público a entenderla mejor.
La obra de arte “Cacique Coromoto” de la redoma principal de Guanare, quiere recordarle al pueblo que luego de la muerte de Juan Fernández de León, llega Don Miguel de Santa Cruz, Alcalde de El Tocuyo a estas tierras, realiza algunas expediciones en son de pacificador, pero la crueldad de los encomenderos, no se detiene, cada vez más inhumanos; de los 700 indígenas que formaron la población inicial sólo quedaban 150 aborígenes cuando se hizo el traslado de la recién fundada ciudad. La barbarie hizo que los nativos escaparan y se internaron en lo más intrincado de las selvas vecinas, confluencias de los ríos Guanare y Tucupido. La historia contada por Alfredo Gómez Álvarez, en su obra “Guanare, Pasado, Presente y Futuro” señala que fue en 1922 cuando el Hermano Nectario María escribió la primera historia sobre la Aparición de la Santísima Virgen a los Indios Cospes, base para la propagación de la Fe Coromotana, con unos manuscritos facilitados por el guanareño Ángel María Gómez Galeno; y en 1928, el pueblo de Guanare con auxilio del gran mundo Coromotano arregla una plaza y en ella erige una estatua de la Santísima Virgen de Coromoto.
Guanare, de acuerdo a la historia fue el lugar más codiciado para los conquistadores; la tribu Los Cospes, Guanaguanare o Wonnabonarg de la lengua Caquetia, de la misma familia del Gran Cacique Manaure, señalado como avasallante, destacado por la fuerza y el poder era la tribu más aguerrida y en 1530 los alemanes no pudieron accesar a sus territorios, dejando para la historia el croquis de las tribus de la región.
Ser Cacique Caquetío significaba tener los siguientes atributos: Jefe guerrero, líder espiritual y autoridad judicial. El Cacique Coromoto no negociaba ni violenta ni pacíficamente, sus flechas eran las más mortales de todos los clanes, ese era el tesoro tras las leyendas de Los Cerrillos y la Laguna de Caranaca que giraban en torno al Gran Cacique Manaure, leyenda que hinchó de pasión y aventura los pechos de los conquistadores “Capú” (demonios, así los llamaban nuestros aborígenes), ni Juan Fernández de León reconocido por ser el expedicionario de mayor prestigio en la corona por su célebre Batalla de Unare que con 25 jinetes conquistó a 3000 indígenas cumanagotos, logró 20 años después adentrarse a las tierras del Cacique Coromoto, dejando grabado en el Acta de Fundación de Guanare justamente la búsqueda de la Laguna de Caranaca y Los Cerrillos (ambición de los Capú) y propagación de la fe católica; Nicolás de Federmann en 1530 registra en su diario que eran gente robusta, y bien armada, con flechas envenenadas, enterraban a sus muertos con ciertos ritos. Sus aldeas estaban compuestas por 500 habitantes, que estrangulaban y mataban a los indígenas, quemaban las aldeas. Con todo este panorama, vale hacer entonces el análisis crítico de la Obra Cacique Coromoto de la redoma principal de Guanare y reivindicar el valor histórico del sacrificio del Cacique Coromoto y la Aparición de la Bella Señora de los Cielos. Como dijera el Hermano Nectario María “Chonei Mareigua Coromoto”, Hijo de María.
