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Por Rogelio Adalberto Pérez Jiménez

En el corazón de Guanare, donde la fe se hace camino y la historia se viste de luz, celebramos hoy los 373 años de la aparición de Nuestra Señora de Coromoto, Patrona Celestial de Venezuela. Esta fecha no es solo un aniversario: es un llamado a la unidad, a la esperanza y a la renovación espiritual de un pueblo que ha aprendido a caminar guiado por la ternura de María.

Fue un 8 de septiembre de 1652 cuando la Virgen se reveló al cacique Coromoto y a su familia, en un gesto de amor que cruzó culturas y sembró raíces profundas en nuestra identidad nacional. Desde entonces, su presencia ha sido faro en tiempos de oscuridad, consuelo en momentos de dolor y fuerza en cada jornada de lucha y reconstrucción.

Hoy, Guanare se convierte en capital espiritual de la República, acogiendo a más de 300.000 peregrinos que vienen desde todos los rincones del país y del mundo. Caminatas, cabalgatas, misas solemnes y conciertos de alabanza llenan nuestras calles de fervor y gratitud. Bajo el lema “Misionera y peregrina de la esperanza”, la Diócesis de Guanare nos invita a vivir esta fiesta con fe activa, con alegría compartida y con espíritu de servicio.

La Virgen de Coromoto no es solo símbolo religioso: es madre del reencuentro, protectora de la diversidad, y testigo del alma venezolana. En su reliquia, entregada al cacique como prueba de su visita, palpita el milagro de la reconciliación y el compromiso con el bien común.

El Gobernador Primitivo Cedeño a declarado el día 8 y 11 de septiembre como días de Jubilo NO laborables, además de fortalecer la fe desde el embellecimiento del templo y la remodelacion de la plaza de la coronacion. Así que toda Venezuela se desborda en la fe hasta la capital portugueseña. 

Salve aurora.