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El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, mantuvo este miércoles una conversación telefónica con el presidente venezolano, Nicolás Maduro, en la que reiteró su postura de que los Estados miembros de organismo deben respetar el derecho internacional, en particular la Carta de la ONU, tras el anuncio de Washington de que bloqueará el paso de petroleros del país sudamericano.

En una llamada telefónica con el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, António Guterres reafirmó nuestra posición sobre la necesidad de los Estados miembros a respetar el derecho internacional, en particular la Carta de la ONU, ejercer moderación y reducir las tensiones para preservar la estabilidad regional», dijo la oficina del portavoz del organismo en las redes sociales.

Por su parte, el Gobierno venezolano dijo que Maduro llamó a Guterres «para alertar sobre la escalada de amenazas contra Venezuela y sus graves implicaciones para la paz regional», tras la orden del presidente de EE. UU., Donald Trump, de imponer un bloqueo naval a los buques petroleros de este país.

Durante la llamada, el Jefe de Estado denunció ante el Secretario General las recientes manifestaciones públicas del presidente de los EE. UU., Donald Trump, en una red social, en las que afirmó de manera inaceptable que el petróleo, las riquezas naturales y el territorio venezolano le pertenecían», añadió el documento.

Según el comunicado de la administración de Maduro, en la llamada, el secretario general informó que dará seguimiento a la situación y que acompañará su abordaje en el Consejo de Seguridad, «promoviendo la desescalada y privilegiando siempre la diplomacia, el diálogo y la solución pacífica de las controversias».

La medida de Trump se suma a la escalada de tensiones entre Washington y Caracas, que no mantienen relaciones diplomáticas desde 2019, y llega casi una semana después que EE. UU. confirmara la captura de un petrolero venezolano, señalando que es el más grande de su tipo jamás confiscado.

Washington lleva adelante una campaña militar en el Caribe desde agosto supuestamente para combatir el tráfico de drogas con ataques a embarcaciones que han dejado decenas de muertos.