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Especial.-

Entre canticos, alabanzas, oraciones, con alegría, fé y júbilo, cientos de feligreses celebraron este 8 de septiembre los 372 años de la Aparición de la Virgen de Coromoto.

El Nuncio Apostólico, excelentísimo monseñor Alberto Ortega Marín encabezó la misa y demás actos protocolares desde la Basílica Menor Santuario Nacional, lugar donde invitó a todos los presentes a distanciarse de resentimientos y vivir en la fe, revitalizar la esperanza teniendo claro que «la bella señora se apareció para vivir la gracia del bautismo e ir al cielo».

En sus palabras, Ortega Marín, dijo que todos estamos llamados a vivir la santidad, y María, nuestra madre,  es amor, ternura, dulzura y esperanza, quien nos escucha, no abandona y nos lleva a Jesús

«Jesus es el único que puede transformar el agua en vino, él transforma desesperanza en fiesta y esperanza…en María encontramos ayuda, ella nos lleva a él y nos dice hagamos lo que él dice; ese es el camino a la felicidad; él quiere que vivamos la caridad, que aborrezcamos lo malo y nos apeguemos a lo bueno, que seamos cariñosos y estimemos a los demás, que bendigamos y no maldigamos a los que persiguen», dijo, a la vez que dejó claro que «Dios lo puede todo y lo que no es posible para nosotros, lo es para Dios».

La celebración, como es tradición, contó con la presencia de los Indios Cospes de Tostos, quienes bailaron para la Patrona Nacional. Asimismo, en esta oportunidad, la hermosa imagen de la Virgen de Fátima acompañó a la Coromoto en la celebración invitando a a acoger en nuestra vida el amor de Dios, con un corazón sencillo y misericordioso.

Vale acotar, que el gobernador Primitivo Cedeño junto a la primera combatiente, María Gabriela Gil, así como el alcalde de Guanare Oscar Novoa y otras autoridades civiles y militares, hicieron parte de la gran celebración en el imponente Santuario Nacional.