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Joel Enrique Silva Silva*

Beligerancia de conocimientos tiene al mundo entretenido, manifestado en desconocimiento y deslegitimación de gobernantes mediante el recurso de la recurrencia al sistema de justicia universal qué ha servido más de utilería mediática que de eficacia judicial. Por un lado Rusia irrumpió en territorio de Ucrania en el 2002, anticipando el apremio agresivo de las armas; la Corte Internacional de Justicia mandó la captura de Vladimir Putin, ocurriendo entonces la agresión de Hamás a Israel, mientras recrudecía el prolongado y sanguinolento duelo de las tropas hebreas con las catervas palestinas de Gaza y reciente el Líbano, las censuras de las pretensiones de la justicia internacional a las matanzas y ataques bélicos a localidades urbanas cuyas víctimas son numéricamente y escandalosamente de inocentes no repercuten al escrupuloso llano expresivo.

La protección y aseguramiento de los DDHH, no obstante una hemorragia de ONGs promovidas y financiadas por la ONU y la Unión Europea, jugando un papel más partidista, no atienden el verdadero y legítimo propósito, de denunciar a cielo abierto las injusticias perpetradas por unos y otros, sino que caen en la escaramuza altercada habitual entre gobernantes y opositores de las localidades donde operan.

Reciente el gobierno de la Argentina solicitó la aprehensión del presidente venezolano Nicolás Maduro Moros; mientras que el régimen bolivariano y chavista ordena similar medida contra el mandatario del país del sol en la albiceleste Javier Milei.

Ocurriendo una agitación en la región entre facciones aguijoneadas por gobiernos sin escrúpulos jugando a contracorriente de la población con consecuencias sombrías en lo social y económico, mientras se aplican medidas que no terminan de cuajar un verdadero crecimiento de las minorías en sus condiciones de vida; mientras el presidente de Venezuela es objeto de una proclamación para un tercer mandato sin que haya alcanzado un mínimo de legitimo reconocimiento de importante e influyente número de países en el mundo y, lo que es peor, la gente que fue a votar que sabe y vivió en carne e inteligencia propia lo que pasó el reciente pasado 28 de Julio.

Eso sí, el mandatario venezolano promete progresar en la alianza de naciones que hacen frente a la preponderancia norteamericana en la ruta del reacoplo geopolítico universal.

El juez Sebastián Padilla de la Corte Federal argentina remitió nota a la oficina de Interpol requiriendo conseguir de carácter perentorio suficientes elementos que faciliten la tipificación de los venezolanos Nicolás Maduro Moros y Diosdado Cabello con el fin de circunscribir esa data en los mandatos de aprehensión por prorrumpir por la probable carga en la consumación de un régimen ordenado de castigo, desaparición forzosa de hombres y mujeres, martirio, asesinatos y acoso hacia divergentes políticos en Venezuela desde el 2014. El Foro Argentino por la Democracia (FADER) fue la accionante en esta causa.

El Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS) Venezuela ha documentado que al menos 13 trabajadores de la prensa se encuentran privados de libertad. En julio y agosto de 2024, la situación de la prensa en Venezuela se ha hecho más alarmante, en un contexto de creciente represión estatal.

Así se oye al Fiscal General de la República de Venezuela que dictó con el advenimiento del TSJ, el reciente pasado 23 de septiembre, emitiendo orden de aprehensión en calidad de tutelar al mandatario argentino Javier Milei y contra la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, como a la secretaria general del gobierno Karina Milei, encontrándose involucrados en los delitos de robo agravado y otros seis no menos graves relacionados con el caso de la aeronave venezolana de Emtrasur-Conviasa confiscada en la ciudad de la furia desde el 2022, luego entregada a EEUU en febrero de este año para ser devastada.

La pretensión frente a Milei involucra condena a la represión continua contra las protestas de trabajadores y personas de la tercera edad, mártires de sus decisiones políticas de la evocada motosierra económica.

Mientras tanto los venezolanos y argentinos que pagan impuestos, esperan que sus gobiernos les tributen amor y cariño, en medio de hambre, desesperanza e inseguridad galopante.

*Abogado y Periodista. joelsilva16@gmail.com