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     Hace 15 días mostré en este espacio un breve repaso de la acentuación de los monosílabos, en vista de que hay muchas personas que ignoran que existen unos que circunstancialmente deben llevar tilde y otros que no. Lo lamentable de todo eso, y perdónenme la insistencia, es que la mayoría de los autores de esos casos son personas que por el rol que desempeñan ante la sociedad, están en la obligación moral de escribir bien y hablar de mejor manera, como comunicadores sociales, educadores y otros profesionales cuya ocupación habitual les imponga la redacción de textos. 

     En el caso de los monosílabos, o dicho de otro modo, palabras de una sola sílaba, me llama la atención el hecho de que haya muchos redactores que le colocan la tilde a SI en todos los casos, dado que ignoran la existencia de las  dos formas de esa partícula, que tiene funciones diferentes, de acuerdo con el sentido que deberá darle quien la escriba. Llevará tilde cuando sea de afirmación: «El director le dio el sí a todas nuestras propuestas»; «Le costó mucho volver en sí (reflexivo)»; «Lo quiere para sí (pronombre personal)». No se tilda cuando es conjunción: «Si vas, me avisas»; «Pregunta si viene». 

     Quise hacer este repaso para, en primer lugar contribuir a disipar las dudas que hayan podido quedar; y en segundo, para introducir el tema de hoy, que también está relacionado con la colocación de la tilde. Algún diarista o alguien familiarizado con el argot periodístico podrá creer que voy a escribir sobre la estructura de una nota de prensa; pero no es así. ¡Ya verán!  

     Para facilitar el asunto, apelo a una especie de cartel que me envió por WhatsApp el profesor José Vásquez Manzano, quien es un educador ya retirado de esas lides, que maneja con gran facilidad el tema gramatical y lingüístico. Algunos enunciados y ejemplos los usaré textualmente; en tanto que otros los modificaré para adaptarlos a la realidad venezolana, es decir, al día a día de este país.

     Como, sin tilde, puede ser un adverbio: «Hazlo como quieras». Una conjunción: «Marcos es tan fuerte como Julio». O una preposición: «Actuó como intermediario». Se le colocará tilde cuando es interrogativo o exclamativo: «¿Cómo hiciste para llegar?»; «¡Cómo me divertí el día de mi cumpleaños!» 

     De otro aporte de Vásquez Manzano extraigo más casos de colocación y no colocación de la tilde, que son igual de importantes que los anteriores, en cuyo torno hay muchas dudas y situaciones viciadas. De esas formas he hablado muchas veces; pero nunca estará demás volver de cuando en cuando. 

     Aun lleva tilde cuando equivale a todavía: «Aún (todavía) no ha llegado el supervisor». No la llevará cuando sea sinónimo de incluso, hasta, siquiera con negación, en la secuencia aun cuando y otras formas parecidas:  «Aun (incluso, hasta) los sordos habrán de oírme». Hay otros casos en los que la frase  aun cuando, aun podrá llevar tilde; pero eso es harina de otro costal, que por ahora no voy a alzar.

    Está el caso de haz, del verbo hacer: «Haz el artículo como te lo indiqué». Se escribe has cuando se refiere a la segunda persona del presente del modo indicativo del verbo haber: «Tú has recordado todo»; «Siempre me has gustado». Es prudente recalcar que haz es también sustantivo: haz de luz, haz de leña.

     Más llevará tilde cuando sea adverbio de cantidad o comparativo: «No quiero más problemas», «Carlos es el más alto del salón de clases». No la llevará cuando sea conjunción adversativa: «Llegó retardado, mas no dio explicaciones».                                

     Como recomendación para adquirir facilidad en el manejo del uso adecuado de la tilde, es imprescindible que se pueda captar la diferencia entre acento y tilde. Parecieran una misma cosa; pero no lo son. Acento se refiere a la entonación con la que se destaca una sílaba sobre las demás, es decir, la silaba tónica; en tanto que tilde es un signo gráfico con el que se marca esa mayor entonación de voz. Desde ese punto de vista, todas las palabras tienen acento; ahora, que a unas se les señalen y a otras no, es algo diferente, que podrá ser dilucidado con un repaso a las palabras por la índole de la entonación. 

     Lo digo una vez más: los monosílabos, por lo general no llevan tilde; pero quedan exceptuados los que cumplen más de una función, para diferenciarlos de sus parientes: tú, tu; él, el; sí, si; dé, de; té, te etc.