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El presidente iraní Masud Pezeshkian afirmó el domingo que la República islámica no busca la guerra, pero prometió una «respuesta apropiada» a los bombardeos israelíes contra sitios militares iraníes.

«No buscamos la guerra, pero defenderemos nuestra nación y nuestro país», declaró Pezeshkian en un Consejo de ministros. «Daremos una respuesta apropiada a la agresión del régimen sionista», agregó.

Pezeshkian achacó las crecientes tensiones regionales a la «agresión» de Israel y al apoyo de Estados Unidos al país, que Teherán no reconoce.

«Si continúan las agresiones del régimen sionista y sus crímenes, las tensiones aumentarán», afirmó el presidente iraní.

Pezeshkian agregó que Estados Unidos prometió «poner fin a la guerra si mostrábamos moderación, pero no cumplió su promesa».

Irán ha instado a poner fin a la guerra en la Franja de Gaza, desencadenada por el ataque del 7 de octubre de 2023 de combatientes del movimiento islamista Hamás en el sur de Israel.

Irán también apoya a otros grupos armados de la región, incluyendo al movimiento shíita Hezbollah de Líbano, que también abrió un frente contra Israel en apoyo a Hamas.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó el domingo que el ataque «preciso y potente» de Israel contra Irán el sábado alcanzó todos sus objetivos, en un momento en que sus fuerzas bombardean sin descanso a Hezbolá en Líbano y Hamás en Gaza.

«Prometimos que responderíamos al ataque iraní y el sábado atacamos», dijo Netanyahu en un discurso, coincidiendo con las ceremonias del primer aniversario hebreo del 7 de octubre de 2023, día del ataque de Hamás en Israel que desató el conflicto en Gaza.

Mientras que la comunidad internacional multiplica los llamados a la contención, Irán afirmó su derecho a defenderse tras los bombardeos israelíes contra instalaciones militares en varias regiones del país.

Las autoridades iraníes indicaron que los ataques causaron «daños limitados», pero el líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, afirmó que no debían ni «exagerarse ni minimizarse».

Los bombardeos israelíes fueron una respuesta al ataque iraní con misiles del 1 de octubre contra Israel. Teherán presentó su agresión como una represalia a los bombardeos israelíes contra Líbano que costaron la vida a un general iraní y al jefe de Hezbolá, Hasán Nasralá, a finales de septiembre.

También justificó la operación como una respuesta al asesinato en suelo iraní del entonces líder de Hamás, Ismail Haniyeh, imputado a Israel.

En ese contexto explosivo, un camión embistió el domingo una estación de autobús cerca de una base militar en Ramat Hasharon, en el centro de Israel, dejando un muerto y unos 30 heridos, según la policía. Las fuerzas de seguridad aún investigan si se trató de un «ataque terrorista».

Por otro lado, el ejército israelí afirmó que mató a «70 terroristas de Hezbollah y bombardeó más de 120 objetivos» de la milicia shiíta proiraní en las últimas 24 en el sur de Líbano. También reportó la muerte de cuatro soldados en combates.

En Gaza, el ejército indicó que eliminó a «40 terroristas en Jabaliya», en el norte del enclave palestino, donde lanzó una nueva ofensiva el 6 de octubre para impedir, según afirma, que el movimiento islamista Hamás se reagrupe.

Israel libra una guerra contra Hamás en Gaza y contra Hezbollah en Líbano. Ambas formaciones son respaldadas por Irán y pertenecen a lo que la República Islámica denomina el «eje de resistencia» al Estado hebreo.

Fuente: AFP y AP