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Irán vive este jueves un día de luto tras las dos explosiones ocurridas el miércoles en la ciudad de Kerman, en las que murieron al menos 84 personas y más de 280 resultaron heridas.

Las explosiones se produjeron cerca de la tumba del general iraní Qassem Soleimani, donde cientos de iraníes se habían congregado para conmemorar el cuarto aniversario de su muerte a manos de Estados Unidos.

Hasta el momento, nadie ha reivindicado la autoría de los ataques. El líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, afirmó que la respuesta será contundente.

El líder de Hizbulá promete una dura respuesta tras el asesinato de un alto funcionario de Hamás en Beirut

Los atentados en Irán sucedieron justo un día después de que un alto funcionario de la organización Hamás, Saleh al-Arouri, fuera asesinado en las afueras de la ciudad libanesa de Beirut en un presunto ataque israelí. El funeral de al-Arouri se celebró el jueves en dicha ciudad.

El miércoles, Israel mató a nueve combatientes del grupo Hizbulá en ataques que se llevaron a cabo en el sur del Líbano. Mientras tanto, un comandante de alto rango de una milicia respaldada por Irán en Irak murió este jueves por la mañana en un ataque aéreo contra una base de la milicia situada en el centro de Bagdad. No está clara la autoría del ataque. Ante la nueva escalada de violencia, crecen los temores de que la guerra de Israel contra Gaza se transforme en un conflicto a escala regional.

El líder de Hizbulá, Hassan Nasrallah, dijo el miércoles que el asesinato de Saleh al-Arouri no quedará impune.

Hassan Nasrallah: “Extendemos nuestras felicitaciones y condolencias a nuestro querido hermano y gran líder, el jeque Saleh, jefe adjunto de la oficina política de Hamás, así como también a sus compañeros dirigentes y a los combatientes de las Brigadas Al-Quassam y de Hamás que fueron martirizados ayer en una flagrante ofensiva israelí contra el barrio de Dahiyeh, en el sur de Beirut”.