COMPARTIR

Por José Luis Centeno S. (@jolcesal)

Su valentía y fe entrañan capacidad para enfrentar adversidades.

Retrocedamos en el tiempo, hasta los años antes de Cristo, a un día como hoy, en pleno diciembre. Ya en ese momento, María, una joven mujer, se encontraba en una situación de gran inquietud y peligro. Perseguida y acosada por las autoridades de su tiempo, mortificaba a esas potestades que no entendían ni admitían su situación.

La razón de esta persecución era un evento que desafiaba las normas y creencias de la época, el llamado status quo, que, particularmente en contextos políticos, se refiere a la preservación de condiciones existentes. Así como hoy enfrentamos desafíos y adversidades, María también enfrentó las dificultades de su tiempo, demostrando fortaleza y resiliencia, que siguen siendo inspiradoras.

María, quien habría sido también vilipendiada, logró encontrar un lugar seguro y dar a luz a su hijo, Jesús. Este evento, intrínseco a la época decembrina, para algunos baladí, fue muy importante y cambió la historia. La valentía y la fe de María, a pesar de las dificultades, aún hoy infunden ardor a todos tanto en occidente como en oriente, sean cristianos o no.

En el contexto venezolano actual, podemos encontrar paralelismos con la historia de María. La fortaleza de María al enfrentar adversidades, muy bien puede ser comparada con la resiliencia del pueblo venezolano, con su notable capacidad para adaptarse y seguir adelante, buscando soluciones asertivas ante una serie de desafíos económicos, sociales y políticos.

En tal sentido, la valentía y fe de María no solo fueron cruciales para su propia historia, sino que también simbolizan una esperanza más amplia. De ahí que los paralelismos entre la historia de María y el contexto venezolano actual reflejan temas universales de lucha, resistencia y esperanza ante la adversidad.

Este análisis político sobre dichos paralelismos solo busca resaltar verdades universales sobre la lucha humana. La figura de María, especialmente en su papel como madre de Jesús, simboliza esta lucha, asociada a la esperanza, que es un tema recurrente en la espiritualidad, donde se reconoce que todos enfrentamos adversidades en diferentes formas.

Ahora bien, esta esperanza no es solo un deseo pasivo de que las cosas mejoren; es una fuerza activa que impulsa a las personas a seguir adelante y a buscar soluciones, tal como se menciona en el contexto de la vida de María.

Así las cosas, la historia de María no solo sirve como un recordatorio de las dificultades inherentes a la vida, sino también como una fuente de inspiración para cultivar la esperanza y la resiliencia. Dicho de otro modo, la historia de María recuerda a los creyentes que incluso en los momentos más oscuros, hay luz al final del túnel.