Con un país militarizado y entre fuertes temores de la población por una nueva ola de ataques mafiosos, el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, aseguró este miércoles que el país se halla “en un estado de guerra y no podemos ceder al terrrorismo narco”. En su primera declaración pública tras el inédito copamiento a un canal de TVpor criminales encapuchados del martes, el joven mandatario envió también una señal a jueces y fiscales, advirtiéndoles que no deben pactar con los delincuentes.
Las calles de las principales ciudades de Ecuador, como Quito y Guayaquil, estuvieron mayormente vacías en casi toda la jornada. Amplios sectores de la población prefirieron mantenerse en sus casas para huir de la extraordinaria ola de violencia que sacude al país que produjo un total de 13 muertos en distintos lugares de Ecuador.
El jefe del comando conjunto de las fuerzas armadas, almirante Jaime Vela, informó que 329 presuntos terroristas fueron capturados y que otros cinco habían sido abatidos en el marco del “estado de excepción” decretado el martes por Noboa, junto a su orden a los militares para que salgan a las calles para combatir el intento de golpe narco contra las instituciones del país.
Las autoridades dijeron que presos ligados a los narcos aún retenían a un centenar de agentes carcelarios en cinco prisiones del país y que el gobierno había recapturado a 28 presos fugados. Los detenidos pertenecen a los grupos terroristas Tiguerones, Lobos y Choneros, dijo Vela.
Al mismo tiempo, la fiscalía aseguró que los 13 narcos aprendidos durante el copamiento al canal de televisión TC de Guayaquil mientras transmitía su noticiero de mediodía serán procesados por el delito de terrorismo.
“Estamos en un estado de guerra y no podemos ceder ante estos terroristas”, dijo el presidente Noboa en declaraciones a radio Canela TV, en las que usó por primera vez esa figura para calificar a los narcodelincuentes.
“Se acabaron los gobiernos blandos”, agregó el joven mandatario, asumido hace un mes y medio, quien aseguró que la ola de violencia que vive el país es una reacción de los grupos criminales a su plan de seguridad.
Durante la entrevista radial, el presidente advirtió a los jueces y fiscales que, si cooperan con los grupos criminales, también serán tratados como enemigos del Estado. “Esto no es sólo bala, es también en la Función Judicial. Nosotros consideraremos a los jueces y fiscales que apoyen a líderes identificados de estos grupos terroristas también como parte del grupo terrorista”, sostuvo con contundencia.
El comentario está relacionado a la reciente investigación realizada por la Fiscalía ecuatoriana -en una causa conocida como “Metástasis”- que reveló nexos entre narcotraficantes y funcionarios ecuatorianos que incluían a varios jueces, fiscales y policías. “Esto no lo podemos combatir de un solo lado, y no es solo bala, es también en la Función Judicial”, explicó Noboa, quien también justificó la decisión de referirse a los grupos narcos como “terroristas”.
“Ellos querían que se los nombre como grupos de delincuencia organizada porque es más fácil. Cuando son terroristas y cuando vivimos un estado de conflicto, de estado de guerra, aplican otras leyes”, precisó el jefe de Estado.
Refiriéndose a los guardias carcelarios retenidos en cinco prisiones del país, Noboa dijo que su Gobierno está “haciendo lo posible para traerlos sanos y salvos”, pero que no piensa parar la “guerra” ni negociar con los terroristas.
Las palabras del presidente buscaron llevar tranquilidad a una población angustiada, un día después de que Noboa decretara el estado de excepción en todo el país debido a la acción violenta de grupos de delincuencia organizada, sobre todo por disturbios en unas seis cárceles y la reciente fuga de los dos mayores narcojefes del país, Adolfo Macías (alias Fito) y Fabricio Colón Pico (alias “El salvaje”).
El clima de conmoción en Ecuador incluyó el incendio de vehículos, el secuestro y amenazas a agentes de policía y penitenciarios, ataques con explosivos y una inédita irrupción de encapuchados armados al canal TC Televisión, lo que desbordó la situación en Ecuador, que el martes vivió una jornada de terror en este pulso entre el crimen organizado y el Estado.