Desplazados por la violencia en el Catatumbo se reúnen en el estadio General Santander, en Cúcuta (Colombia). EFE/ Mario Caicedo
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La violencia guerrillera ha alcanzado un nuevo pico en la región del Catatumbo, en el departamento de Norte de Santander, donde los enfrentamientos entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y una disidencia de las antiguas Farc han forzado el desplazamiento de 32.000 personas en tan solo seis días.

Según informó Iris Marín, Defensora del Pueblo, 15.000 de estos desplazados han buscado refugio en Cúcuta, la capital del departamento. Otros 11.000 han llegado a Ocaña, la segunda ciudad más importante de Norte de Santander, y 5.300 a Tibú, directamente en el corazón del Catatumbo.

Los combates, que comenzaron el pasado jueves, han dejado un saldo trágico de al menos 80 muertes, según cifras de la Gobernación de Norte de Santander, incluyendo a seis firmantes del acuerdo de paz de 2016. Sin embargo, el Instituto de Medicina Legal ha recibido solo 35 cuerpos, de los cuales dos aún no han sido identificados.

Marín destacó la gravedad de la situación con la imposición de confinamientos en varias zonas y la continua operación de la Fuerza Pública junto a Naciones Unidas para la extracción de personas en riesgo extremo. «Se ha confirmado el asesinato de firmantes de paz, además de la desaparición forzada y el secuestro de otros», agregó la defensora, citada por El Heraldo.

La crisis en Catatumbo no fue inesperada; la Defensoría del Pueblo había emitido alertas tempranas el 15 de noviembre pasado, advirtiendo sobre el riesgo para la población civil debido a la presencia y amenazas de grupos armados ilegales. La alerta señalaba un aumento de la violencia por parte del ELN, específicamente su Frente de Guerra Nororiental, tras el cese del mecanismo de cese al fuego bilateral y temporal.

En medio de este caos, hubo una nota esperanzadora: Antonio Marín, exalcalde de San Cayetano, fue liberado por el ELN este martes. La guerrilla afirmó que lo habían «rescatado» del Frente 33 de las disidencias de las Farc, y procedieron a entregarlo a una misión humanitaria.

Por otro lado, la Defensoría ha liderado misiones humanitarias que lograron liberar a once personas, entre ellas un menor de edad, y a 20 individuos secuestrados desde el 16 de enero, de los cuales 19 eran hombres y una mujer.

Mientras tanto, el Ejército ha intensificado la distribución de ayuda humanitaria y el rescate de líderes sociales perseguidos. En respuesta a la escalada de violencia, el presidente Gustavo Petro suspendió los diálogos de paz con el ELN y declaró el estado de conmoción interior, junto con una emergencia económica, decisiones que han generado debate sobre su efectividad y alcance.

La situación en Catatumbo sigue siendo crítica, con una comunidad que espera no solo seguridad, sino también soluciones duraderas a un conflicto que ha marcado la vida de sus habitantes por décadas.