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La reciente confrontación entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el grupo de economías emergentes conocido como BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) ha captado la atención mundial. Esta disputa no solo refleja las tensiones económicas globales, sino también la lucha por el dominio monetario y comercial.

Donald Trump ha lanzado fuertes amenazas arancelarias contra los países BRICS, advirtiendo con imponer aranceles del 100% a las importaciones de estos países si intentan crear una moneda común para sustituir al dólar. Trump ha dejado claro que Estados Unidos no permitirá que los BRICS desafíen la hegemonía del dólar, y ha exigido un compromiso de estos países de no respaldar ninguna otra moneda que pueda reemplazar al dólar estadounidense.

Los BRICS, por su parte, han negado tener planes inmediatos de crear una moneda común. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, afirmó que el grupo no está discutiendo la creación de una nueva moneda y que su enfoque está en fortalecer la cooperación económica y las inversiones conjuntas. Sin embargo, la idea de una moneda BRICS ha sido discutida en diversas ocasiones, aunque no ha alcanzado un consenso entre los miembros. 

La disputa entre Trump y los BRICS tiene implicaciones significativas para la economía global. Si los BRICS lograran reducir su dependencia del dólar, podría alterar el equilibrio de poder económico y financiero. China, por ejemplo, ya realiza gran parte de su comercio con Rusia en yuanes y tiene acuerdos para negociar en monedas locales con otros países BRICS.

El futuro de esta confrontación es incierto. Mientras Trump continúa con su retórica agresiva, los BRICS buscan alternativas para fortalecer sus economías sin desafiar abiertamente al dólar. La cooperación y el diálogo serán esenciales para evitar una escalada de tensiones que podría tener consecuencias negativas para la economía global.

En conclusión, la batalla entre Trump y los BRICS es un reflejo de las complejas dinámicas económicas y políticas del mundo actual. La hegemonía del dólar está siendo cuestionada, y el resultado de esta disputa podría redefinir el panorama económico global en los próximos años.

ES UNA GUERRA ECONÓMICA SIN CUARTEL.

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