En la Iglesia siempre se consideró impensable que un cardenal de los Estados Unidos llegara a ser papa. Antiguamente se aducía una cuestión de distancia -además de la tradición de pontífices italianos-, pero luego no faltaron quienes creían que la primera potencia mundial iba a tener una enorme influencia y hasta la mismísima CIA se iba a instalar en el Vaticano.
De todas maneras, créase o no, entre los actuales papables se cuenta un norteamericano.
Enrolado en la línea de Francisco, se trata Robert Prevost, de la orden de los agustinos, de 68 años, nacido en Chicago, pero que vivió más de 18 años en Perú, primero desarrollando tareas desde su congregación desde 2015 como obispo de Chiclayo.
Finalmente, a comienzos de 2023 el papa Francisco lo nombró prefecto del Dicasterio para los Obispos del Vaticano y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina.Los cardenales, reunidos este miércoles en la Capilla Sixtina, donde comenzaron las votaciones para elegir al sucesor del papa Francisco. Foto: REUTERS
El sitio español Religión Digital afirma que su perfil sintetiza lo mejor de dos continentes: la eficacia organizativa estadounidense y la sensibilidad religiosa latinoamericana, dos pilares clave para continuar la revolución sinodal de Francisco”.
Incluso considera que “podría erigirse en muro de contención frente al presidente Donald Trump, cuyos mecanismos políticos conoce a la perfección”.
Pero advierte que el hecho de que tenga posibilidades reales de ser el próximo Papa “ya ha desencadenado una campaña contra él por parte de los conservadores, que, con mentiras y medias verdades, lo acusan de encubrimiento de casos de abuso sexual. Algo -dice- que se ha demostrado ser absolutamente falso”.Este jueves los cardenales volverán a votar para elegir al próximo papa. Foto: REUTERS
La trayectoria
Licenciado en Matemáticas (Villanova) y doctor en Derecho Canónico (Angelicum), combina rigor analítico con flexibilidad pastoral.
En Perú (1985-2003) Prevost dirigió seminarios, formando sacerdotes y trabajando en barrios marginados de Trujillo. También estuvo muy cerca de la problemática de los migrantes.
El haber estado en la Curia General agustina (2001-2013), donde dirigió una a esa orden global con presencia en 50 países, lo ejercitó en la habilidad de moverse entre tradición y reforma en la Iglesia. Lo cual para los expertos lo capacita para manejarse entre los conservadores y los progresistas en la Iglesia.El cardenal Robert Prevost, entre otros cardenales reunidos en el cónclave. Foto: EFE
Como prefecto del relevante Dicasterio para los Obispos Prevost debía nada menos que seleccionar a los futuros obispos en base a criterios de sinodalidad, misericordia y opción por los pobres, en línea con la cosmovisión de Francisco.
Hay quienes creen que el hecho de ser norteamericano -más allá de que tiene la ciudadanía peruana- podría facilitarle el relacionamiento con el Episcopado de los Estados Unidos, en una parte del cual residió la principal oposición al papado de Francisco.
El sector católico más conservador -muchos de sus miembros simpatizantes del partido republicano- consideraba a Jorge Bergoglio un latinoamericano tercermundista, anticapitalista y poco firme frente a cuestiones como el aborto o el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Habrá que ver si los cardenales se animarán a que el papado recaiga en un clérigo nacido en el “imperio americano”.