El reinicio de operaciones de Chevron y otras compañías extranjeras en Venezuela podría representar un punto de inflexión para la economía nacional, según un informe de la consultora Oxford Economics citado por Bloomberg. La llegada de divisas asociadas a la producción y exportación de crudo podría ayudar a contener la depreciación del bolívar y estabilizar el mercado cambiario, aunque la inflación seguiría siendo un problema persistente.
La consultora señala que desde octubre de 2024 el tipo de cambio oficial ha caído un 235 %, con una depreciación mayor a la prevista tras la revocación de licencias a empresas extranjeras. En su análisis anterior, Oxford anticipaba una desaceleración en la pérdida de valor del bolívar a mediados de 2025, una vez superado el impacto inmediato de la contracción petrolera. Sin embargo, ahora proyecta que el regreso de compañías como Chevron podría acelerar esa estabilización al aportar más dólares al sistema y generar mayor confianza económica.
A pesar del posible alivio cambiario, Oxford Economics advierte que las presiones inflacionarias seguirán elevadas. La firma mantiene su estimación de que la inflación interanual alcanzará un pico de hasta 250 % en el segundo semestre de 2025.
Tim Hunter, economista sénior de la consultora y autor del informe, explicó que la reactivación de operaciones energéticas podría revertir la proyección más pesimista que apuntaba a una caída de la producción a la mitad, es decir, hasta 500.000 barriles por día (bpd). De concretarse nuevos acuerdos con empresas no occidentales, se podría añadir un volumen adicional de hasta 890.000 bpd a la producción total.
Antes de la expiración de la licencia el pasado 27 de mayo, Chevron, a través de sus empresas mixtas con Pdvsa, mantenía una producción de 240.000 bpd, cerca del 25 % del total nacional. Su operatividad era clave para mantener el bombeo por encima del millón de barriles diarios.
Aunque ya se aprobó la reanudación de las operaciones, el crudo venezolano aún no ha comenzado a llegar a los mercados estadounidenses. Antes de las sanciones, EE. UU. importaba unos 250.000 barriles diarios de Venezuela.
En mayo, debido a la salida de empresas estadounidenses, Oxford Economics ajustó a la baja sus proyecciones de crecimiento del PIB venezolano: de -4,5 % a -5 % para 2025 y de +3,9 % a -3,3 % para 2026.
No obstante, la consultora aclara que la flexibilización de sanciones no implica una mejora automática en el panorama financiero del país, especialmente en lo que respecta a los bonos venezolanos. La razón, aseguran, es la falta de cambios políticos significativos bajo el gobierno de Nicolás Maduro.