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El salario mínimo en el país alcanzó una cifra récord luego de ubicarse en 1 dólar al mes, según lo estipulado por la tasa del Banco Central de Venezuela (BCV), que actualmente se cotiza en 132,30 bolívares por divisa estadounidense

El valor del salario mínimo de 130 bolívares se mantiene congelado desde marzo de 2022, lo representa un desplome histórico del poder adquisitivo cuya realidad afecta a los trabajadores de la administración pública, quienes observan como el fruto de su esfuerzo se ve recompensado con tan solo un dólar mensual, situación que  pulveriza el poder de compra y genera un impacto negativo en la economía venezolana.

Para compensar esta realidad, el gobierno de Nicolás Maduro paga bonos adicionales a empleados públicos, denominados bonos de alimentación e “ingreso de guerra económica,” que pueden sumar hasta 160 dólares, pero  no se consideran salario y no afectan beneficios laborales como vacaciones o prestaciones sociales.

Acuerdo económico, social y humanitario 

En este contexto, Manuel Sutherland, economista y magíster en Ingeniería Industrial asegura que lo sucedido en la economía venezolana y los bajos salarios depende de factores multifactoriales debido a que Venezuela no existe «una especie de recetario» que pudiera darle solución a un problema tan complejo.

El también doctor en Economía y Desarrollo detalla que desde hace 8 años, el salario mínimo en el país oscila entre los $4 y $5 dólares, incluyendo el ingreso del bono de alimentación y el bono de guerra económica, lo que, a su juicio, sigue siendo insuficiente para costear la canasta básica que actualmente sobrepasa los 500 dólares.

La solución para esto implica una solución política y económica basada en la recuperación total de todo el sistema económico nacional, ello pasa por la reestructuración de la deuda externa, por arreglar un montón de normas y leyes que ponen camisas de fuerzas al proceso de acumulación de capital (…) Tiene que haber un gran programa de desarrollo nacional que esté estructurado a través de un acuerdo económico, social y humanitario», explicó.

Micro devaluaciones 

Al ser consultado sobre una posible devaluación, Sutherland asegura que resulta difícil pensar con exactitud en esa posibilidad debido a la falta de información que se tiene acerca de la política cambiaria en el país.

No se dice qué se va a hacer, no se dicen cuáles son las metas, hacia dónde se va a ir, hasta donde se quiere llegar, la gente está básicamente adivinando», señaló.

Asimismo, el experto señala que existe la posibilidad de micro devaluaciones diarias, que si bien pueden ser pequeñas, con el tiempo se pueden ir acumulando, lo que, a su juicio, representa un impacto mayor que las denominadas mega devaluaciones.

Hay un tipo de cambio fijo de lado y, a medida que esto se vaya extendiendo en el tiempo, será peor, porque hay algo que mata la economía, que es la brecha entre el dólar oficial y el dólar innombrable y eso genera una incertidumbre para trabajar, para producir y es muy negativo», comentó.

Trabajadores a la deriva

Por su parte, el especialista en finanzas y profesor universitario, Aldo Contreras, descarta la posibilidad de que se produzca un aumento salarial en los próximos meses.

El economista agrega que el último aumento decretado por el Estado en Gaceta Oficial tuvo lugar hace dos años, situación que ha dejado a los trabajadores «a la deriva» e hizo énfasis en aquellas personas que no forman parte de un gremio profesional o no están colegiados.

Cuando la canasta familiar supera los 570 dólares, un ingreso de 100 o 200 dólares lo pone muy por debajo, pero hay personas que reciben 50 dólares mensuales, ello sumado a la depreciación del tipo de cambio BCV diario pone aún más difícil la situación para muchas familias», dijo.

Asimismo, sobre la posibilidad del gobierno de implementar nuevos impuestos, Contreras señala que no sería una medida muy inteligente de parte del Ejecutivo nacional debido a que muchas empresas ya cuentan con una carga tributaria enorme.

El economista destacó que una de las medidas que pudiera generar algún punto positivo es la eliminación del 3% de Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras con el objetivo de fomentar el uso de las divisas, y destacó aunque el Estado a perdido parte de sus ingresos presenta recaudaciones en diferentes áreas.

Todas estas recaudaciones, ya sean multas o sanciones, están ancladas al euro. Lo que se tiene es que sincerar la nómina estatal y, por otro lado, buscar ingresos que le permitan a la familia subsistir, porque esto permitiría disminuir la corrupción que existe en el Estado», acotó.

Caída del 5 % en el consumo

Ante esta situación, el economista Luis Bárcenas destacó en un entrevista para VPItv que Venezuela pudiera evidenciar para finales del 2025 una una inflación en bolívares de 280 o 300 por ciento, una cifra cuatro veces mayor en comparación del año pasado, mientras que la inflación en dólares podría estar rondando entre un 18 y 20 % de manera anual. Además prevé una caída en el consumo de la población

La caída en el consumo puede ser del 5,9 % si se mantienen esas cifras debido a los bajos salarios que percibe gran parte de la población», explicó el economista  en una entrevista con varios medios de comunicación.

En 2013, el salario mínimo equivalía a 476 dólares. Desde entonces, la inflación y la devaluación han reducido su valor un 99%. En 2018, tras una reconversión monetaria, el gobierno decretó un aumento que lo llevó a 30 dólares, pero rápidamente cayó a menos de 5.

Emergencia Económica 

La vicepresidenta de la República, Delcy Rodríguez, anunció el pasado viernes 8 de agosto la renovación del Decreto de Emergencia Económica por un período adicional de 60 días.

La funcionaria señaló que la medida se fundamenta en lo que el Gobierno describe como “constantes ataques” y un “bloqueo” contra Venezuela.

Rodríguez compartió la Gaceta Oficial con la prórroga del decreto, destacando que su aplicación ha sido “exitosa para contrarrestar la guerra económica y las sanciones impuestas”.

El decreto también prevé mecanismos de compra obligatoria de la producción nacional para sustituir importaciones, incentivos para la inversión nacional e internacional y acciones para promover las exportaciones de productos venezolanos.

Producción petrolera

La producción petrolera de Venezuela ha experimentado una drástica caída antes y después de las sanciones internacionales. Antes de las sanciones, Venezuela producía cerca de 3 millones de barriles diarios.

El país cerró mayo con una producción petrolera de 1.066.000 barriles diarios, 15.000 barriles más que en el mes anterior, según la información oficial del gobierno nacional registrada en el informe, correspondiente a junio, de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep). Las sanciones, junto con la falta de inversión y mantenimiento, han afectado severamente la capacidad productiva de la industria petrolera venezolana.

La empresa Chevron recibió una autorización para operar nuevamente en Venezuela, dos meses después de que el gobierno de Donald Trump ordenara el bloqueo del bombeo de crudo por parte de esta industria en territorio venezolano en mayo.

Con el aporte de Chevron, que se espera en unos 200.000 barriles diarios, los expertos calculan que la producción nacional de petróleo se ubicaría en 1,2 millones de barriles en el corto y mediano plazo. Y la economía venezolana, que encaraba la perspectiva de la recesión, podría crecer un 2%.