La empresa española Repsol podría verse obligada a abandonar sus operaciones en Venezuela ante la ausencia de una licencia para extracción de gas en el país caribeño por parte de Estados Unidos.
Francisco Monaldi, director del programa de Energía en Baker Institute, explicó que “para Repsol el impacto de los barriles que producía en Venezuela frente a sus 900 mil totales no supone un problema. Sin embargo, Venezuela si era una esperanza de crecimiento, por lo que proyectaba duplicar producción en un año o dos”.
Monaldi, citado por Banca y Negocios, indica que “lo problemático” es el gran proyecto de gas que tiene Repsol con Eni y con Petróleos de Venezuela S.A (Pdvsa).
“Si Trump no le da a Repsol una solución como hizo Biden, la situación puede volverse muy complicada y la deuda que se empezará acumular será cada vez más grande hasta que emerja la duda de si es lógico marcharse del país”.
El experto indica que, aunque el momento para que la petrolera española abandone definitivamente Venezuela “aún no ha llegado”, si la administración de Donald Trump no otorga una licencia que le permita operaciones, “esta decisión puede llegar”.
Desde que la energética española inició el proyecto de gas, la estatal Pdvsa se retrasaba en los pagos en dólares (hay una parte estipulada en esa moneda y otra en local) acumulando una enorme deuda que, incluso, ya existía antes de las sanciones aplicadas por Estados Unidos al país.
“Pdvsa incumple, lo que provoca que Repsol no tenga más opción que irse o quedarse asumiendo la situación y manteniendo el suministro”, indica Monaldi, quien apunta que no ha habido una real voluntad de pago de esta deuda que se mantiene con Repsol, “a menos que haya otro beneficio paralelo como fue el petróleo refinado”.
Durante el periodo de mandato de Joe Biden en la presidencia de EE. UU., el expresidente norteamericano había logrado una solución para este problema, al otorgar permisos especiales a Repsol, que permitieron que Venezuela iniciara un proceso de pagos a la firma española.
“Venezuela le otorgaba tanqueros a Eni y Repsol que iban a refinerías en España y traían de vuelta refinados y diluyentes para el crudo extrapesado de Venezuela y el margen económico de esa operación se utilizaba para cancelar deuda”, destacó el economista.
Debido a que el crudo que se produce en Venezuela es pesado y extrapesado, requiere ser tratado con diluyentes y en ese sentido se había establecido el pacto con Repsol.
“En teoría el gobierno venezolano no recibía ni un dólar y así lo justificaba Biden. No beneficiaba a Maduro, este obtenía diluyentes, no dólares”. En ese sentido, esta solución ofrecía algo paradójico “de forma extraña, las medidas de Biden provocaron que el Gobierno venezolano pagase de forma regular a Repsol porque obtenía un beneficio que realmente le interesaba”, comentó el especialista.
Con la llegada de Trump al poder, el nuevo mandatario eliminó este recurso otorgado por Biden y tras devolverle la licencia a Chevron, un nuevo brote de tensión bloquea el paso con el resto de las empresas.
Incluso con las sanciones actuales, por las que ya no se puede hacer este swap, Pdvsa podría pagar a Repsol, pero “tiene otras muchas obligaciones y muy pocos incentivos. No hay voluntad de pagar ni a Eni ni a Repsol a menos que haya otro beneficio paralelo como fue el petróleo refinado”, refiere Monaldi.