Este 29 de septiembre, Acarigua cumple 405 años de fundada. Cuatro siglos y cinco años de historia tejida con manos humildes, voces valientes y sueños que no se rinden. Desde sus orígenes como asentamiento indígena y colonial, hasta convertirse en corazón agrícola, comercial y espiritual del llano, Acarigua ha sido testigo de generaciones que sembraron más que maíz: sembraron comunidad, dignidad y legado.
Cada aniversario es más que una fecha: es un llamado a recordar quiénes somos y hacia dónde vamos. Es momento de honrar a los fundadores, a los abuelos que contaban historias bajo los samanes, a los maestros que enseñaron con tiza y esperanza, a los comerciantes que levantaron sus santamarías con fe en el porvenir.
Hoy, con el alcalde José Ángel López al frente y el gobernador como aliado, se abre una oportunidad única: hacer de Acarigua una ciudad moderna sin perder su alma. Que el progreso no borre la historia, sino que la celebre. Que la tecnología conviva con la poesía, que las avenidas nuevas respeten los caminos antiguos, que el desarrollo incluya a todos: al niño que sueña, al abuelo que recuerda, al joven que emprende.
405 años merecen un pacto de unidad. Que este aniversario sea el inicio de una etapa luminosa, donde el gobierno y el pueblo caminen juntos, donde cada obra pública sea también una obra de amor, donde cada decisión política lleve el sello de la memoria y el compromiso.
Acarigua no es solo tierra: es espíritu. Es el canto de los gallos, el aroma del café, el abrazo de sus barrios. Que este cumpleaños sea celebrado con gratitud, con arte, con justicia. Que se escuche en las escuelas, en las radios, en las plazas. Que se diga fuerte: Acarigua vive, florece y no se olvida.
FELICITACIONES HACARIGUA, ACARIGUA