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La Navidad en Venezuela transcurre este año en un contexto económico complejo, caracterizado por altos precios y un dólar en constante aumento. Desde el inicio de la temporada, el 1 de octubre, los mercados han registrado gran afluencia de personas, pero las ventas no reflejan el mismo dinamismo.

El dólar, cuya cotización oficial pasó de 52,02 a 291,35 bolívares en 2025, ha encarecido los productos, y muchos compradores pagan con tarjeta o dólares, mientras los vendedores ajustan los precios según la moneda y la tasa vigente. Algunos, como Zulay Salazar, explican que ofrecen un precio en bolívares y otro en dólares, según la forma de pago.

Pese a la crisis económica y la incertidumbre por las tensiones con Estados Unidos, la demanda de alimentos y regalos se mantiene, aunque adaptada a los recursos de cada familia. Los compradores priorizan hallacas, ropa y juguetes, mientras los comerciantes buscan estrategias para mantener la actividad comercial en un contexto de inflación elevada y devaluación del bolívar.

La Navidad venezolana se vive con afluencia de público, limitaciones de gasto y adaptación a la economía dolarizada, reflejando la resiliencia de las familias y comerciantes ante un entorno económico desafiante.