En medio de la escalada de tensión en Medio Oriente tras el ataque de Irán el sábado y la represalia de Israel en la madrugada de este viernes, el Gobierno de Estados Unidos tomó distancia y aseguró que «no está involucrado en ninguna operación ofensiva».
Fue el secretario de Estado, Antony Blinken, quien afirmó que Estados Unidos no tiene ninguna injerencia en la represalia de Israel contra Irán y aseguró que trabajan para «reducir la escalada» del conflicto.
«Estados Unidos no está involucrado en ninguna operación ofensiva. Lo que puedo decir es que estamos trabajando para reducir la escalada», aseguró Blinken en la rueda de prensa final de la cumbre del G7 en Capri, al ser consultado sobre el ataque israelí en Irán.
En esa misma línea, agregó: «No quiero decir nada más, solo que no estamos involucrados«.
Blinken insistió en la importancia de «evitar la escalada» y le pidió «a todas las partes que controlen sus acciones».
Para el funcionario estadounidense, «lo único que impide un cese del fuego en Gaza es Hamás, porque ha rechazado ofertas generosas de Israel. Hamás parece mucho más interesado en un conflicto regional».
El ataque de Israel a una base militar iraní fue difundido por la prensa estadounidense, en medio de controversias. Irán negó el ataque: primero dijo que las defensas antiaéreas habían derribado varios drones y después se limitó a decir que fueron «varios objetos voladores». Y, hasta el momento, ni el gobierno israelí ni el Pentágono había reconocido oficialmente la operación.
Varias explosiones sacudieron este viernes el centro de Irán, en lo que responsables norteamericanos presentaron como un ataque israelí en represalia por los drones y misiles disparados por Teherán contra Israel el sábado pasado.
La agencia de noticias iraní Fars informó de «tres explosiones» cerca de la base militar de Shekari, del aeropuerto de Isfahán y de la ciudad de Qahjavarestan, en el centro del país.
La defensa aérea abatió varios drones, pero no detectó «por ahora» un ataque con misiles, afirmó un portavoz de la agencia espacial de Irán.
Por su parte, el presidente iraní, Ebrahim Raisi, pronunció este viernes un discurso en el noreste del país, sin mencionar las explosiones ocurridas horas antes.
La agencia de prensa Tasnim, citando a «fuentes informadas», negó por su parte que el país hubiera sufrido un ataque «desde el extranjero».
El suceso ocurre en medio de una escalada de tensiones entre Irán e Israel, que prometió responder a un reciente ataque de Teherán contra su territorio, y con el telón de fondo de la guerra en Gaza.
Medios estadounidenses como CNN aseguraron, citando a altos funcionarios de su país, que Israel había lanzado un ataque contra el territorio iraní y que había avisado de antemano a Washington. Las explosiones, aseguraron estas fuentes, responden a la agresión iraní contra territorio israelí el sábado pasado.
Ataque de Israel a Irán: la reacción del mundo
Tras los reportes, el ministro italiano de Exteriores, Antonio Tajani, que presidió una reunión de sus homólogos del G7 en la isla de Capri, pidió una «desescalada».
«El G7 quiere una desescalada total en una región bajo gran tensión», declaró a sus homólogos de Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Francia, Alemania y Japón.
El canciller ruso, Serguéi Lavrov, afirmó a su vez que Moscú indicó a Israel que Irán «no quiere una escalada».
Omán, que durante mucho tiempo desempeñó un papel de mediador entre Irán y las potencias occidentales, condenó por su parte el «ataque israelí» contra la República Islámica, y «las repetidas agresiones militares de Israel en la región», según un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Por su lado, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, condenó «cualquier acto de represalia» en Medio Oriente. «Ya es hora de detener el peligroso ciclo de represalias», afirmó Stéphane Dujarric en un comunicado de prensa, mientras que Guterres había advertido ayer del riesgo de un «conflicto regional generalizado».