QUITO (AP) — El presidente Daniel Noboa recibió el domingo un importante respaldo a su gestión, luego de que los ecuatorianos avalaron en un referendo y consulta popular que se modifique la Constitución y algunas normas para endurecer la lucha contra el crimen organizado.
La mayoría de los ecuatorianos votó “sí” a las 9 preguntas enfocadas en seguridad y que incluyen permitir la extradición de criminales ecuatorianos —algo prohibido hasta ahora—, continuar con el despliegue en las calles de las fuerzas armadas y aumentar las penas para algunos delitos como terrorismo y narcotráfico, según un conteo oficial rápido divulgado la noche del domingo por la autoridad electoral.
Las únicas dos preguntas por las que los ecuatorianos votaron “no” fueron una relacionada con someter al arbitraje internacional las diferencias con empresa internacionales y otra para modificar el código laboral para permitir por primera vez contratos por horas.
La consulta era vista también como un termómetro del gobierno de Noboa, un empresario millonario de 36 años que asumió el poder en noviembre por un periodo de apenas 18 meses y que puede presentarse a la reelección en febrero.
Para algunos analistas, ahora el mandatario deberá mostrar resultados tras recibir el respaldo de la gente a su plan de seguridad.
“Esto le da vigor parcialmente”, consideró Andrea Endara, analista y profesora de la universidad Casa Grande. “Si el presidente no empieza a establecer acciones que demuestren que haber votado por el ‘sí’ trae resultados para reducir la inseguridad, este espaldarazo se va a diluir rápidamente”.
Ecuador lleva desde inicios del 2021 sumido en un clima de inseguridad, con un aumento récord de asesinatos que ubicaron la tasa de muertes violentas al cierre de 2023 a 40 por cada 100.000 habitantes, una de las más altas del continente. El año pasado hubo más de 7.600 crímenes. Las autoridades lo atribuyen a la acción de bandas criminales relacionadas con el narcotráfico.
Ahora, para que tengan efecto los cambios hechos en las preguntas de referendo —que implican cambios a la Constitución y que incluyen el tema de la extradición y las fuerzas armadas—, el Ejecutivo deberá publicar los ajustes a la carta magna en la gaceta oficial.
Para las preguntas de consulta popular aprobadas, el gobierno debe mandar proyectos de reformas a la Asamblea, la cual debe tramitarlos en no más de 60 días, aunque puede hacer modificaciones. En el Legislativo, el gobierno no tiene una mayoría firme.
Aun antes de conocerse los resultados oficiales, Noboa se pronunció en su cuenta de Instagram y aseguró que “ahora tendremos más herramientas para luchar contra la delincuencia y devolverle la paz a las familias ecuatorianas”.
Los centros de votación permanecieron todo el día con una fuerte custodia policial y militar, y no se permitió ingresar a ellos con bolsos o mochilas por razones de seguridad.
Por la tarde, la policía informó del asesinato del director de una cárcel en la ciudad de Portoviejo en la provincia de Manabí, ubicada a 234 kilómetros al suroeste de Quito.
“Yo voté 11 veces ‘sí’ porque quiero que se acabe esta violencia, este miedo, no podemos vivir así con temor a salir de nuestra casas”, dijo Leonor Sandoval, ama de casa de 39 años, quien votó por la mañana en un recinto del norte capitalino.
Pero Jacinto Mena, profesor de primaria de 46 años, comentó que rechazó todas las preguntas. “El presidente (Noboa) está convencido de que con la violencia acabará con la violencia, eso es un error que han cometido otros países como Colombia y México”. Agregó que lo que falta es educación, trabajo y dinero para la salud.
El sufragio es obligatorio para los ecuatorianos entre 18 y 64 años y opcional para los jóvenes de 16 y 17 años. Ecuador es un país con 17 millones de habitantes.
Como parte de su estrategia para combatir la violencia en el país, Noboa declaró a Ecuador en conflicto armado interno, lo que permitió a las fuerzas armadas realizar patrullajes conjuntos con la policía en las calles y en las cárceles del país, además y que identificó a unas veinte bandas criminales como “terroristas”.
El nuevo proceso electoral también llega con el país sumido en la semana previa con racionamientos de energía eléctrica de al menos seis horas diarias, que obligaron al gobierno a suspender la jornada laboral por dos días.