Este viernes hubo reacciones encontradas sobre el acuerdo alcanzado el jueves entre Venezuela y Guayana, en la cumbre que se celebró para bajar las tensiones en torno a la disputada región del Esequibo entre ambos países fueron positivas. En Venezuela, algunos aplaudieron. Otros no tanto.
El experto petrolero José Toro Hardy se mostró complacido por el acuerdo alcanzado el jueves. “Por lo menos bajará la tensión y la angustia entre los dos países vecinos” pero no le sorprendió que cada uno de los mandatarios mantuviera firme su postura. “Fuera de eso no hay avance en la disputa de la zona reclamada, todo sigue igual”, dijo
Los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro y de Guyana, Irfaan Alí, acordaron una tregua de tres meses para bajar la escalada de tensión en la disputa por el Esequibo y decidieron volver a reunirse en Brasil, aún sin fecha definida, para seguir dialogando y evitar un enfrentamiento bélico.
Los resultados de la primera reunión celebrada este jueves en las islas caribeñas de San Vicente y las Granadinas se dieron a conocer apenas este viernes gracias a las redes sociales que viralizaron la minicumbre presidencial.
La continuación del diálogo iniciado será con los mismos mediadores que actuaron en la primera reunión de San Vicente. Las partes en conflicto pactaron que el primer ministro sanvicentino y presidente pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac), Ralph Gonsalves; el primer ministro de Dominica y presidente de la Comunidad del Caribe (Caricom), Roosevelt Skerrit; y el mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, «seguirán ocupándose del asunto como interlocutores».
Por su parte, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, actuará «como observador, con la concurrencia permanente» de Maduro y Ali.
Según informó la agencia EFE, el comunicado conjunto señala que, «para evitar dudas, el papel» de Gonsalves «continuará incluso después de que San Vicente y las Granadinas deje» la Presidencia pro tempore de la Celac, mientras que Skerrit seguirá como «miembro del buró» de la Caricom.
En los once puntos del documento, Caracas y Georgetown acordaron no amenazarse ni utilizar la fuerza en circunstancia alguna, incluyendo las «derivadas de cualquier controversia existente entre ambos Estados», como la disputa por el Esequibo que elevó la tensión en las últimas semanas.
Además, «cooperarán para evitar incidentes sobre el terreno que conduzcan a tensiones» y, en caso de que se produzca un hecho de este tipo, «se comunicarán inmediatamente entre sí», con la Caricom, con la Celac y con el presidente brasileño para «contenerlo, revertirlo y evitar que se repita»..
Los reclamos del gobierno de Maduro comenzaron cuando el presidente Alí otorgó licencias a la petrolera norteamericana Exxon Móbil en las aguas marinas de Venezuela aún no delimitadas.
Pero la controversia escaló luego que el régimen aprobara el 3 de diciembre en un referendo unilateral -que pretendía fuera vinculante- anexionarse la zona disputada de 159.000 kilómetros cuadrados, bajo control de Georgetown, y el Gobierno de Maduro ordenara el asentamiento de una división militar cerca del área en litigio, sin incursiones de momento, así como la modificación del mapa oficial venezolano, al que se anexó la Guayana Esequiba.
En las dos horas que duró la reunión en Kingstown, capital de las islas San Vicente, los presidentes Maduro y Alí fueron duros en sus planteamientos, mantuvieron su cara larga y no dieron su brazo a torcer en la disputa por el Esequibo.
La cadena estatal Venezolana de Televisión transmitió el retorno a Caracas de Maduro en tono “victorioso” de la minicumbre con su par guyanés. No dio declaraciones.
Por su lado la prensa guyanesa también elogió a su presidente Irfaan Alí, resaltando que había salido desafiante y triunfante de la reunión. Ante las preguntas de la prensa, Alí dio una repentina rueda de prensa en la que mostró un brazalete de cuero pintado con el mapa verde de Guyana y el Esequibo anexado.
Las reacciones
Toro Hardy recomendó al gobierno de Maduro, aunque no quiera, que se prepare para presentar la contra memoria el 8 de abril ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ). “Tenemos títulos muy sólidos que demuestran nuestra soberanía en el Esequibo y hay que defenderlos allí”.
Por su parte, Sadio Garavini di Turno el ex embajador de Venezuela en Guyana y profesor universitario, también destacó el beneficio de bajar el tono agresivo de la confrontación entre los dos países. Sin embargo, señaló que “a Maduro le dieron apariencia: la comisión para seguir conversando de cualquier cosa, pero Guyana confirmó que no la sacan de la CIJ ni a tiros. El proceso en la CIJ seguirá inexorablemente y si no nos defendemos el resultado es obvio”.
“Ahora está más claro que el verdadero objetivo de la alharaca del referéndum sobre el Esequibo era y es tratar de hacer olvidar el éxito de las primarias y tener una excusa para poner presos a 4 importantes colaboradores de María Corina Machado acusándolos de traidores, por estar a sueldo de la EXXON, lo que es ridículo”, añadió Di Turno.
Alfredo Ramos, dirigente del partido Causa R, dijo en su cuenta de X que Maduro mostró “tantas bravuconadas de mentiras, miles de millones de dólares gastados en un fracasado referéndum para terminar firmando un acuerdo que no dice nada de las concesiones otorgadas por Guyana a empresas extranjeras en nuestro Esequibo. Entregaron nuestro territorio”.
Jose Amalio Graterol, representante político en EE.UU. de la candidata unitaria de la oposición María Corina Machado, dijo que en la reunión de San Vicente «termina de quedar claro que el referéndum era por la victoria de la primaria y también les salió mal la jugada. No pegan una!»., dijo en X.
Otros analistas consideraron que al reducir la tensión con la tregua de tres meses, aleja temporalmente los fines electorales que buscaba Maduro con la disputa del Esequibo, es decir, la posibilidad de que suspenda las elecciones del 2024 por una guerra con Guyana, aunque no disipa el temor totalmente por sufrir otro revés en sus intentos de perpetuarse en el poder.