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Jesús Sotillo Bolívar. Profesor UCV

En un titular desplegado en Primera Página, un periódico informa que La Arepa, es reconocida como un suceso internacional, al igual que la reconocen como auténticamente venezolana.


Gracias por ese reconocimiento que en el fondo es una valoración de trabajo centenario que hacen nuestras mujeres por brindar este manjar a propios y extraños.


Donde no estamos de acuerdo, es cuando dicen que la arepa es un tipo de Sándwich. No señor, allí disentimos y de allí el título de este artículo “Una Arepa es una Arepa y un Sándwich es un Sándwich”.
Para empezar, nuestra Arepa es Redonda, a través de su historia no ha cambiado de forma. Sin sesudos conocimientos de Geometría ni con un compas a la mano, nuestras mujeres le han dado esa forma característica que la identifica hoy ante el mundo, si con algo puede compararse es con la forma lunar.

Mientras que Sándwich es cuadrado y a veces rectangular dependiendo el tipo de pan que se utilice, bien el conocido pan de sándwich o la popular canilla. Nadie se imagina una arepa cuadrada, sin embargo, cuando las cosas se ponen difíciles, si se usa a expresión: “La arepa está cuadrada”


Que el contenido, puede ser igual, si, lo reconozco, lo que se echa a una Arepa, puede agregársele también a un Sándwich, pero el sabor, no es el mismo y hasta la misma textura, aunque el pan sea bien tostado, la arepa, bien asada es crocante y tiene un sabor único.


Alrededor de la Arepa, en nuestro país, se ha creado toda una cultura no sólo gastronómica, sino, incluso deportiva.


Por ejemplo, Si Magallanes blanquea al Caracas, cosa frecuente, los titulares de los Medios Deportivos, Meridiano y Líder, incluso en las chanzas de los periodistas y locutores, se dice: “El Magallanes le metió nueve Arepas, al Caracas”, y todo el mundo entiende lo que sucedió. No se entiende igual y hasta no pega que Ud. diga, “El Magallanes le metió nueve sándwiches”, al Caracas”. Eso no pega, como dicen en el oriente venezolano, ni con saliva de Loro.


Si un Caballero, se dirige a una chica y le dice, dame la Media Arepa, ó me la guardas calientica, todo el mundo sabe lo que le está pidiendo, no le van a dar Medio Sándwich, por favor, no señor, porque él lo que quiere es su Arepa.


Ya es frecuente, entre los célebres piropeadores, adornar sus expresiones cuando ven una chica que les agrada:


“Mi Amor yo te Amo, cómo la Arepa Ama la Mantequilla” y la piropeada, lo mira de reojo; Otro precavido dice, “El que no cuida su Arepa, llega otro y se la rellena” y otro muy pragmático, “No dejes para mañana la Arepita que te puedes comer hoy”.


Incluso la Arepa, puede utilizarse como una arma de defensa, Tengo una amiga, que las arepas que le sobran las guarda y se ponen duras como una piedra y cuando su pareja discute con ella y se pone agresivo, saca un par de arepas, lo amenaza, diciéndole, atrévete y verás que te doy un Arepazo. El hombre ante ese gesto y la actitud amenazante, de mi amiga y viéndole el artefacto en la mano, se tranquiliza, porque en otras oportunidades, le han dado su Arepazo y en Venezuela hay un refrán que dice “El picado e´ culebra, cuando ve un bejuco, salta”.


En nuestra tradición, había Arepas que podríamos decir eran clásicas: De Carne Mechada, De Pollo, de Cazón Chicharronada, variadas de distintos tipos de queso y hasta de Diablito. Luego el arte culinario arepil, con influencias andinas y lusitanas, se fue sofisticando y surgió la pretenciosa Reyna Pepeada, con ínfulas dominantes, que pretendió desaparecer a las clásicas; en enérgica respuesta, a esta pretensión, se le opuso, La de Pabellón, simbolizado también a nuestro plato nacional.


Con el pasar del tiempo y las contribuciones regionales se ha multiplicado su variedad y podríamos aplicarse el término de multisápidas, La Catira (Pollo con queso amarillo), que rivaliza con “La Pelúa” (Carne Mechada con queso amarillo rayado); La Sifrina (Reyna pepeada con queso rallado, que rivaliza con la Viuda (Arepa sóla, sin relleno); todas compiten con “La Rumbera (Cochino desmechado con queso amarillo, Gouda y mantequilla”.


Hacia el interior de Venezuela, aumenta la variedad, con características de cada región, y en ese sentido no podemos dejar de mencionar, las célebres arepitas andinas que acompañan al mute y al desayuno de huevos fritos con natilla y la célebre Arepa Pelada, oriental que rellena con queso de Mano, Telita o Guayanés, no tiene que envidiar a nadie.


En el Caso de Caracas, El Mondongo, no se puede concebir sin las respectivas arepas. De hecho, cuando Ud., pide, un Mondongo como es el caso de la famosa arepera, El Tropezón en los Chaguaramos, Ud. ve al mesonero que en forma enérgica, con voz de tenor y con un gesto autoritario, le dice a los cocineros: “Pásame, ahí, un Mondongo y par de arepas”


Hoy, nuestra Arepa, se ha internacionalizado, con la diáspora venezolana, ha retoñado en las regiones que menos Ud. puede imaginar, es posible que vaya Ud. ahora mismo, al Tíbet, y al pedir un “ Te de Mantequilla”, se lo sirvan con par de arepas. Todo es posible hoy, con la cultura areparia, de allí que la arepa venezolana, se ha universalizado y pronto le venderemos una patente a la Nasa, para que nutra a los Astronautas en su futuros viajes, espaciales con arepas. Y con esta me despido, como los buenos cantantes, porque ya me llamó mi esposa: Jesús, ven que la Arepa se va a enfriar”.